El último crimen machista de Alicante dejó a Gaspar, de dos años, sin padres después de que Leandro acuchillara a Oriana y luego se ahorcara en el balcón. Convirtiéndose en el huérfano número 27 en la provincia por culpa de la violencia de género desde que hay registros.
La muerte de este matrimonio argentino el pasado 2 de diciembre suma una víctima más a esta lista invisible de víctimas menores de edad que han perdido a madres por ataques mortales a mujeres.
El Ministerio de Igualdad recoge datos de huérfanos desde el 2003, año incluido. En este mismo periodo de tiempo ha habido 75 asesinatos, por lo que supone que en más de uno de cada tres casos de violencia de género haya un nuevo huérfano.
En estos 23 años los asesinatos machistas han estado lejos de ser lineales, al igual que el número de huérfanos, cuyo registro muestra picos muy marcados, años negros y periodos de aparente calma.
Entre 2003 y 2013, Alicante vivió un periodo excepcional con once años consecutivos sin un solo menor huérfano por violencia machista.
El primer dato registrado aparece en 2014, cuando dos menores quedaron huérfanos tras ataques machistas en la provincia.
Desde entonces, la tendencia se ha vuelto claramente ascendente, con cuatro huérfanos en 2015, tres en 2016 y uno en 2017. 2018 rompió la secuencia al no registrarse víctimas infantiles indirectas.
Sin embargo, tras este año en blanco se produjo el curso más trágico con peor dato de toda la serie histórica, cuando siete menores pierden a su madre en la provincia de Alicante en el mismo año.
Nunca antes,ni después, se había registrado un impacto similar, convirtiendo este periodo en el más trágico desde que existen estadísticas oficiales.
Tras el pico de 2019, la provincia encadena nuevos años con cifras elevadas y, tras un nuevo huérfano en 2020, llegaría el segundo peor año en 2021, con seis afectados.
Así, en 2022 y 2023 no se registran menores huérfanos, pero 2024 retoma la tendencia con dos casos.
Finalmente, el trágico asesinato en 2025 de Oriana, una argentina de 29 años, ha sumado el último caso a esta larga lista de víctimas invisibles.
