Un año después de la trágica dana de Valencia del 29 de octubre de 2024, que dejó 229 víctimas y miles de familias destrozadas, la Comunitat Valenciana aún no puede decir que esté recuperada del golpe, pero sí más unida.
Toda España se volcó con las zonas afectadas, pero las primeras bolsas con herramientas, agua y comida y, sobre todo, las primeras manos amigas en llegar a la Zona 0 fueron las alicantinas.
Desde bomberos buscando a víctimas sin descanso hasta las historias de héroes anónimos, pasando por la ayuda de clubes deportivos o agentes de Policía y Guardia Civil, la provincia se puso en pie cuando más se la necesitaba.
Bomberos en los garajes
Labores de búsqueda de los bomberos de Alicante en Valencia.
Desde el primer momento, los bomberos alicantinos se desplazaron al Puesto de Mando Avanzado (PMA) de Massanassa para colaborar en las tareas más complejas: liberar calles, achicar agua y registrar garajes anegados donde podía haber víctimas atrapadas.
El oficial y portavoz del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante, César Alcaraz, explicó que su misión principal era "liberar calles para permitir el acceso de servicios primarios" y "acceder a los garajes para revisar los vehículos y descartar posibles víctimas".
Estas tareas, calificadas por Alcaraz como un "trabajo arduo", se prolongarían durante semanas. También los ayuntamientos enviaron por su parte efectivos.
Voluntarios y envíos
Los voluntarios anónimos llegaron en masa desde Alicante para arrimar el hombro.
Armados con escobas, palas, cubos, guantes o botas, un ejército de limpiadores se desplegó por los pueblos destrozados para luchar contra el barro, empujar coches, trasladar alimentos... o cualquier ayuda que fuera necesaria.
Mientras tanto, polideportivos, colegios, ayuntamientos, institutos y universidades de Alicante se llenaron de bolsas con suplementos y ropa donada por miles de personas de todos los municipios, sin excepción.
Deporte
El deporte alicantino tuvo un papel destacado en la ola de solidaridad. Más allá de los mensajes de apoyo, se cristalizó en acciones concretas.
Los principales clubes, encabezados por el Elche CF, el Deportivo Eldense y el Hércules, no solo organizaron recogidas de alimentos y productos básicos, sino que destinaron la recaudación de partidos e incluso habilitaron entradas "Fila 0" para donar fondos a los afectados.
Además, deportistas destacados como el ciclista Felipe Orts dedicaron sus éxitos deportivos como homenaje a su tierra, y clubes más modestos, como el Intercity, organizaron envíos directos de suministros a Valencia.
La respuesta solidaria no se limitó al fútbol: el rugby, el balonmano, la Fundación Lucentum de baloncesto y muchos otros clubes provinciales recaudaron fondos, organizaron puntos de recogida y destinaron sus taquillas a la ayuda urgente para los damnificados.
Gastronomía solidaria
Un camión de Alicante gastronómica en una zona afectada de Valencia.
La solidaridad llegó a las cocinas. Entre las iniciativas más destacadas, Alicante Gastronómica preparó más de 6.300 menús completos que se repartieron entre las localidades de Albal, Catarroja, Picaña, Paiporta, Alzira y Alcúdia de Carlet.
Coordinados con la Generalitat Valenciana, los chefs alicantinos llevaron alimento y alivio donde apenas quedaba nada.
Además, los mejores cocineros de la provincia organizaron tiempo después la cena benéfica "Desde Valencia para Valencia", donde participaron 16 estrellas Michelin y 23 soles Repsol, con un cubierto solidario de 500 euros destinado íntegramente a los damnificados.
Vecinos al rescate
Antonio y Antón Cuenca.
Hubo quien paralizó por unos días su vida para liderar la ayuda. Uno de estos movimientos de apoyo estuvo encabezado por Antonio y Antón Cuenca, un padre y su hijo de Agost que enviaron decenas de toneladas de material a las zonas más golpeadas con sus furgonetas.
Ayuda psicológica
El daño invisible, el más difícil de aplacar, fue el área de acción de Cruz Roja Alicante, que desplegó una unidad de apoyo psicosocial integrada por tres psicólogos y un socorrista para asistir a las víctimas en el albergue de Torrent, con capacidad para mil personas.
"Nos encontramos con gente en estado de shock", relató Carla Vera, portavoz de Cruz Roja Alicante. "Algunos habían visto cómo el agua les entraba en casa o habían tenido que subirse a su coche para sobrevivir. Es muy duro".
Los equipos de voluntarios se centraron en canalizar las emociones, prevenir crisis agudas y derivar a las víctimas más afectadas a centros de salud mental. También acompañaron a familiares en el doloroso proceso de identificar a sus seres queridos en la morgue habilitada en el Palacio de Justicia.
Guardias civiles
Pese a la falta de medios iniciales, los guardias civiles de Alicante fueron otro de los pilares en la respuesta ante la dana.
Muchos actuaron fuera de servicio, renunciando a días libres o acudiendo de paisano para ayudar a la población.
El drama los tocó de cerca, pues dos compañeros fallecieron en el cuartel inundado de Paiporta. Ante la insuficiencia de recursos, los agentes decidieron organizarse por su cuenta y exigir un dispositivo coordinado desde el cuerpo.
El comunicado conjunto de las asociaciones surtió efecto: se creó un dispositivo especial de 326 guardias civiles procedentes de diferentes unidades.
También agentes de la Policía Nacional y los distintos cuerpos municipales acudieron a Valencia.
La solidaridad silenciosa
El ya tsunami solidario arrastró hasta el corazón del desastre a actores secundarios que resultaron clave.
Ejemplo de ello fue la Asociación para la Integración y Asistencia China de Levante, con sede en Elche, que envió palés con productos de limpieza, botas, cascos, palas, cocinas portátiles y material sanitario.
"Muchos tienen familia en Valencia, hermanos o sobrinos allí. Se sintieron tan afectados como nosotros", explicó José Miguel Lledó a este periódico, abogado y asesor de la entidad.
Inicialmente, cada comerciante aportó productos de sus tiendas. Luego, la asociación canalizó los esfuerzos y consiguió reunir 18.000 euros en una primera colecta y 30.000 en una segunda, destinados a las víctimas de las inundaciones.
