Alicante
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Es el único vecino, junto a su mujer, de un edificio fantasma en Valencia. Tras años sin pagar el alquiler y okupar su propia vivienda, ahora unos desokupas de Alicante tratan de sacar a Daniel de un bloque que se ha convertido en un basurero.

El bloque de la calle San Jacinto, en Valencia, es un cadáver de piedra en el que no vive nadie desde hace años, tras haberse degradado y ser un nido de palomas, insectos, goteras y suciedad.

En 2022, un fondo inmobiliario compró el antiguo edificio con la intención de reformarlo y darle un nuevo uso en el barrio.

El único escollo para iniciar las obras de remodelación es Daniel C., quien vive con su pareja en una vivienda okupada, tras negarse durante años a pagar el alquiler.

Este diario ha podido acceder a la sentencia por la cual el hombre debería haber abandonado el inmueble el pasado 27 del pasado mes de noviembre.

"El problema fue que el abogado no ejecutó el alzamiento, pero debe salir igualmente porque la vivienda no está en condiciones", señala Antonio Plana, jefe de APD Security Iberia, empresa encargada de la mediación.

Ahora, no solo se niega a abandonar una propiedad en la que reside sin pagar nada, sino que además exige 40.000 euros al propietario, alegando que quiere "adelantar la hipoteca de un piso de 120.000 euros", según denuncian desde el fondo inmobiliario.

Para Plana, se trata del típico caso de un "caradura, porque tiene un taller donde arregla neumáticos y lo que quiere es que le paguen un piso por una vivienda que no es suya".

Por su parte, una representante del fondo asegura que han tardado tres años en obtener las licencias de obras del Ayuntamiento de Valencia para acondicionar el bloque, y que ahora están paralizadas por la negativa de Daniel a marcharse.

"El edificio tiene problemas de bajantes, suciedad, instalaciones eléctricas peligrosas, goteras... Es un riesgo vivir ahí", sostienen.

Ante la exigencia de esta indemnización, esperan que los bomberos o la Policía actúen para desalojarlo, dada la peligrosidad de habitar un inmueble en esas condiciones.

Además, denuncian que ha habido roturas de tuberías en el edificio y que Daniel ni siquiera ha permitido la entrada de fontaneros para evitar daños en la cimentación.