Las réplicas del terremoto racista de Torre-Pacheco han sacudido buena parte de España, también Alicante. Sin embargo, los datos de la provincia, que comparte características demográficas con Murcia en el sur, desmontan el discurso xenófobo que relaciona criminalidad con población africana.
El ejemplo más contundente contra el relato ultraderechista que criminaliza a los migrantes magrebíes es el de la localidad más peligrosa de la provincia.
Cabría esperar, siguiendo esta falacia racista, que el punto donde más delitos se cometen sea un pueblo con gran porcentaje de población del norte de África.
Pero, curiosamente, ocurre casi lo contrario, como demuestran las estadísticas de Torrevieja, municipio que lidera la tasa de delitos (98) por cada mil vecinos en 2024, en un ratio basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio del Interior.
Todo ello teniendo en cuenta que, como en los municipios turísticos de Alicante, Torrevieja experimenta multiplicaciones poblacionales estacionales que distorsionan las estadísticas basadas en población censada.
Estas variaciones, no obstante, podrían incluso ampliar aún más la brecha entre la población magrebí y otras nacionalidades que suponen el grueso de los turistas.
Los datos
La ciudad, una de las más multiculturales de la provincia con 123 nacionalidades registradas, tiene un 52 % de extranjeros entre su población.
De ellos, ucranianos (9.512, 8,9 % del total), rusos (5.926, 5,6 %), colombianos (5.141, 4,8 %) y británicos (4.708, 4,4 %) lideran el ranking de nacionalidades, según los datos municipales a enero de 2025.
Por el contrario, tan solo hay 2.961 marroquíes (2,8 % del total) y 1.254 argelinos (1,2 %), estos últimos superados en número por belgas, suecos, rumanos o búlgaros.
El total del grueso de la población magrebí (marroquíes + argelinos) asciende a 4.215 personas, representando apenas el 4 % de la población total, una cifra triplicada por la suma de ucranianos y rusos (14,5 %).
Esta proporción es muy inferior a la de municipios como Callosa del Segura, con un 17 % de población magrebí, o Almoradí, con un 13 %, también en la Vega Baja.
Torrevieja y Almoradí
Si se compara con el ejemplo de Almoradí —el municipio con mayor porcentaje de población magrebí entre los que constan en las estadísticas del Ministerio del Interior por superar los 20.000 habitantes—, la supuesta relación causa-efecto entre migración magrebí y delincuencia se desmorona.
Así, mientras que en Torrevieja la tasa de delitos por cada millar de habitantes fue de 98 en 2024, en Almoradí no llega ni a la mitad, con una tasa de 46, a pesar de que triplica el porcentaje de magrebíes.
Y es que los datos muestran cómo los municipios alicantinos con más criminalidad destacan por su turismo masivo, población flotante y crecimiento descontrolado, y no por albergar grandes comunidades africanas.
Este modelo genera una demanda constante de servicios ilegales —drogas, prostitución, actividades clandestinas— por parte de una población visitante con mayor poder adquisitivo y menor control social.