Desde el 2020, cuando medio Alicante se encerró en casa debido a la pandemia del coronavirus, no había habido un año con la criminalidad en números negativos en la provincia. El pasado 2024 fue de los pocos cursos de la serie histórica en los que se pudo contener a los malhechores gracias a municipios que frenaron en seco la delincuencia.
La bajada es ligera, del 0,7 % en el conjunto del territorio según el Ministerio del Interior, pero es un buen síntoma en términos generales, aunque también cuenta con grandes borrones, como los 20 homicidios que se consumaron el pasado año.
El resultado es la suma de pueblos que hicieron los deberes y de otras localidades que se han convertido en ovejas negras por haber multiplicado sus infracciones. Es el caso de Crevillente, que subió sus delitos un 16 %.
Aun así, el global es positivo en cuanto a seguridad. Gracias en buena parte al municipio de Petrer, que ha servido de locomotora y ha contribuido con una bajada de casi el 22 %, convirtiéndose en el municipio de más de 20.000 habitantes en el que más bajan las infracciones.
La localidad de interior, de 34.000 habitantes aproximadamente, ha pasado de 1.089 delitos en 2023 a 851 en el 2024. No solo eso, ha conseguido que ni una sola categoría de delincuencia suba, con la mayoría de ellas en bajada.
El descenso más significativo se observa en la criminalidad convencional, que ha disminuido un 25,7 %. Esta reducción se explica, en gran medida, por la caída en delitos como los hurtos (-28,3 %), las sustracciones de vehículos (-33,3 %), el tráfico de drogas (-20 %) y los robos con fuerza en domicilios (-14,9 %).
No hubo ningún homicidio que lamentar, y los intentos de asesinato pasaron de cuatro a uno. No obstante, los robos con violencia e intimidación se mantienen estables (22 casos), un delito que afecta directamente a la sensación de seguridad ciudadana.
Uno de los datos más alentadores es la desaparición total de las agresiones sexuales con penetración, que pasaron de dos casos a cero en 2024. Sin embargo, otros delitos contra la libertad sexual apenas registraron cambios, con siete incidentes en ambos años.
Petrer incluso ha controlado los delitos que ocurren tras los espejos negros que son las pantallas de los dispositivos electrónicos con descensos en ciberdelincuencia, el área más difícil de controlar por las autoridades en los últimos años y que no para de crecer.
En el ámbito de la cibercriminalidad, registró un 8,3 % menos de infracciones penales. Las estafas informáticas apenas variaron (-0,5%), pero otros ciberdelitos, como fraudes o suplantaciones de identidad, cayeron un prometedor 43,2 %.
Otros municipios que siguen su estela y han destacado por sus buenas cifras de seguridad son El Campello, que le sigue de cerca con un - 20, 8 %, Altea (-13 %), Ibi (-7,7 %) y cierra el top 5 L'Alfàs del Pi (-5,7 %).