Alicante

Pese a los buenos resultados electorales de Vox en las elecciones autonómicas del pasado 28M en la provincia de Alicante, el partido de Abascal no pasa por sus mejores momentos ya que su tendencia política se encamina a una progresiva pérdida de apoyos. Y es que si en 2019 obtuvieron su mejor resultado electoral con 167.395 votos, en las autonómicas del pasado mes apenas llegaron a los 100.331, dejándose por el camino uno de cada tres votantes.

Se trata de la misma travesía cuantitativa que ha seguido Ciudadanos (Cs) en la provincia, pasando de 69.143 apoyos a 12.531 Eso sí, cualitativamente su derrumbe ha sido mayor porque llegaban a los comicios con ua base electoral menor. Claro que por meses, ya que en las primeras elecciones de abril de 2019 tenían más fuerza que Vox (177.691 votos en la provincia) que dilapidaron en apenas unos meses y el resto del mandato.

Cada elección es diferente y tiene sus propias singularidades. Pero todos los analistas políticos coinciden en observar si las tendencias pasan por acrecentar, mantener o perder votos, como prolegómeno de los que llegará en el futuro. Así, los 120.000 votos que ha logrado sumar a su suelo el PP de Carlos Mazón coinciden a grandes rasgos con los 60.000 que han perdido los dos partidos a su izquierda y derecha en este tiempo.

[Carlos Mazón dobla el resultado del PP y descabalga a Ximo Puig en la Comunidad Valenciana]

El PP todavía está lejos de su mejor marca en la provincia lograda en las generales de 2011, en el peor momento del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero que no había sabido gestionar la grave crisis conómica que empezó en 2008. En esas elecciones generales los populares lograron hasta 877.303 votos en la provincia (un 55,8%).

Pero desde entonces, el 39,8% logrado por Mazón en las pasadas autonómicas es el mejor escenario conseguido por el PP en la última década. Y si se hace una analogía con los que sucedió en 1995 cuando llegó al Gobierno de la Generalitat el popular Eduardo Zaplana, las expectativas se disparan. 

En las generales de 2000, el PP llegó al 54,9% llegando desde un tímido 33,4% en 1993 cuando Zaplana se puso al mando del partido. Y año tras año fue acrecentando su hegemonía en la Comunidad Valenciana. Mazón, en cambio, ha partido de un 24,8% en las generales de 2019 con Isabel Bonig todavía como presidenta regional del PP (que en las autonómicas de ese año apenas sacó un 20,2%) y ha multiplicado por dos sus apoyos hasta casi el 40%.

[Carlos Mazón, tras pactar con Vox: "Trabajo para que Feijóo tenga el mejor gobierno en solitario"]

Si a eso se le suma que el líder popular va a presidir el Gobierno de la Generalitat Valenciana y que generalmente en política el partido grande en coalición con el pequeño se lo termina "comiendo", la tendencia no puede ser más clara. Pero la última palabra la tendrán los votantes el 23J.