Redacción | Agencias Sergio Sampedro

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó este martes a España a indemnizar con 32.000 euros a María Isabel Garrido Herrero, la madre de una niña de Orihuela que murió en 2013 con seis años como consecuencia de un fallo en un respirador artificial.

El Tribunal de Estrasburgo dio la razón a Garrido Herrero, que había denunciado que la Justicia española no investigó de forma apropiada las causas de la muerte de la pequeña Marina.

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En su dictamen, los jueces europeos señalan que la investigación duró cinco años y que fue finalmente abandonada en 2019 al superarse el plazo dado para la determinación de esas causas del fallecimiento una vez que expiró el tiempo para fijar una eventual responsabilidad penal.

La niña quedó tetrapléjica como consecuencia de un accidente de tráfico en marzo de 2010 y fue conectada a un respirador, pero como consecuencia de un fallo en el sistema de respiración asistida, entró en coma después, hasta su fallecimiento en 2013.

Ese mismo año María Isabel Garrido, médico de profesión, denunció ante la Guardia Civil el alta forzosa dada por el hospital de Torrevieja a su hija, de siete años y en coma, al creer que la pequeña no está "estabilizada" y que la vuelta a casa supone "un gran riesgo para su vida".

Así lo sostuvo en el escrito de denuncia, en el que también explicaba que el hospital le negaba a partir de ahora la asistencia y los cuidados necesarios a su hija con el argumento de que el coma que padece es "permanente" y sin posibilidad de mejora.

Traslado desde Murcia

La menor quedó tetrapléjica y conectada a un respirador por un accidente de tráfico ocurrido el 8 de marzo de 2010, y a causa de un fallo en el sistema de respiración asistida entró en coma después.

La madre daba cuenta en la denuncia de que en mayo de 2012 el hospital de la Arrixaca, en Murcia (provincia donde entonces vivía), dictaminó la muerte cerebral de su hija, lo que fue erróneo porque varios encefalogramas posteriores en centros de Alicante reflejaron que había una pequeña actividad en el cerebro.

La mujer trasladó su residencia cerca de Torrevieja al entender que los médicos de este hospital tenían una visión más favorable pero transcurridos seis meses le han comunicado que su hija pasa a un estado de coma permanente, a partir del cual se le niega "la asistencia y los cuidados que necesite".

Finalmente, un fallo en el respirador que sustentaba a la pequeña provocó su fallecimiento, y las causas no quedaron aclaradas en la investigación judicial posterior. Ahora la Justicia europea obliga a España a enmendar el error.