Redacción | Agencias Andrea Reinosa

Un joven valenciano de Antella (Valencia) ha ingresado este lunes en el centro penitenciario de Picassent para cumplir una condena de tres años y medio de prisión como responsable de una agresión en un bar en 2016, cuya autoría se atribuye y admite otro joven.

La familia ha iniciado una campaña de recogida de firmas para pedir su indulto y confía, según ha explicado su letrado, Juan Antonio Rodríguez de Dios, en que el centro penitenciario le permita el régimen abierto en breve.

"Le imputaron un delito de lesiones por agredir a una persona con un vaso, pero él siempre ha sostenido que no estaba en el lugar de los hechos, que él no ha sido. Siempre lo ha sostenido pese a ofrecimientos de conformidad y reducción de condena", explica este letrado.

"En todas las instancias se ha confirmado la sentencia, porque el verdadero culpable, otro joven, no ha admitido tan claramente los hechos como hizo el lunes ante las cámaras de televisión", añade.

Periodistas de Espejo Público de la televisión de Antena 3 hablaron ayer con dos de las partes implicadas en la agresión. Pau Juan, el vecino de Antellas que ha sido condenado a tres años de prisión e Isaac, el chico que se ha inculpado de la agresión. Según la versión de Isaac, la víctima entró en el bar en estado de agresividad, y le atacó, produciéndose una pelea entre ambos.

De tal forma que Isaac como defensa le golpeó en la cabeza, rompiendo el vaso de cristal que portaba en sus manos. En el momento de los hechos, Pau Juan se encontraba en la calle, en la terraza del mismo establecimiento. Fuentes del caso afirman que fue el grupo de amigos de Pau y él mismo, los que socorrieron a la víctima. 

El joven que se atribuye la autoría de la agresión ha llegado a comparecer en el juzgado y a admitir los hechos en una carta. Posteriormente se le ha abierto un proceso judicial por lesiones y obstrucción a la Justicia, pero su abogado recurrió y se desestimó este segundo delito.

"En el juzgado este chico solo respondió a las preguntas de su letrado, no hubo una autoinculpación clara. Tenía un parte de lesiones en la mano y no lo presentó. Pensamos que el verdadero agresor siempre confió en la absolución de Pau", lamenta Rodríguez de Dios.

Según este letrado, la víctima tampoco reconoce al chico que admite haberle agredido, y la contraparte y la Fiscalía creen que todo es un montaje, una estrategia para lograr que ninguno entre en prisión.

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