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Desalojados los 'okupas' de una vivienda de Lavapiés mientras la inquilina estaba en Toronto

Dicen que si llegaba la habitante del piso se irían. Desmienten que se hayan llevado los objetos de valor, como afirman las vecinas.

17 abril, 2024 17:22

La Policía Nacional ha desalojado este miércoles por la tarde a Costel y Alondra, los 'okupas' de una vivienda en la que residía Pepi, una mujer de tercera edad en el barrio de Lavapiés, en el distrito Centro. El lugar es propiedad de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS Madrid).

Según han informado fuentes de la EMVS, la vivienda okupada en Lavapiés es de su propiedad y los servicios técnicos de la empresa municipal han procedido a tomar posesión de la vivienda tras la actuación policial.

La EMVS de Madrid tuvo conocimiento ayer de los hechos y envió "inmediatamente una inspección a la vivienda para verificar que se encontraba okupada". Ante la ausencia de la inquilina, desde EMVS Madrid se procedió a denunciar los hechos ante la Policía Nacional.

La inquilina, en Toronto

Pepi, la inquilina, se marchó a comienzos de año a Toronto a casa de una hija y está previsto que regrese el jueves. Los okupas llevan dos meses viviendo en el piso de la Calle Jesús y María.

"Están tirando todas las pertenencias y lo de valor se lo han llevado", contó una vecina a principios de semana del edificio a Madrid Directo. Añadió que los okupas estaban vaciando la casa "con carros". Tras ver esto, ella y otras vecinas llamaron al IVIMA y a la Policía.

En declaraciones a Telemadrid, Costel, de 37 años, contó que se dieron cuenta de que la propietaria no estaba porque tenía "dos butanos fuera" y porque tenía muchas cartas en el buzón. Pensó entonces que era "una casa abandonada". Llamó hasta diez veces a la puerta para ver "si salía alguien" y durante un mes "al timbre" no le contestó nadie.

El okupa, que entró junto a su mujer al piso, dice que no pagó nada "a ninguna mafia" para entrar allí. Advierte de que una de las vecinas, "que vive abajo" le quiso "vender la casa". Según asegura tiene grabado en su móvil la conversación. En ella le pedía "200 o 300 euros" por "la llave de abajo, del portal".

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De acuerdo con Costel, él "tenía información" de que la inquilina se fue y "abandonó el piso" para "vivir con una hija en Canadá". Según él, la mujer no iba a volver y que eso se va a comprobar el jueves. Niegan que se hayan llevado nada de valor, argumentando que eso lo han guardado. Aseveran, por otro lado, que han tirado "comida caducada de hace 5 años" de la nevera.

En sus declaraciones, previas al desalojo, dice que si vuelve "seguramente" le devuelva el piso y le pida "perdón" porque pensaba que no iba a volver, por lo que le habían dicho.

El okupa afirma que entró allí porque no tiene donde vivir ni donde llevar a su mujer, Alondra, a dormir. Su hijo de seis años, sin embargo, no estaba con ellos allí porque "hay mucha suciedad" y eso es "muy malo".