Mientras que Aznar necesitó varios años de decepciones para romper definitivamente amarras con Rajoy, el presidente del Gobierno apenas ha necesitado unos meses para, consumado el divorcio con su mentor, impulsar su propio ‘think tank’ e intentar así anular el peso social de FAES.

Con este propósito, Génova aprovechará la estructura y trayectoria de la ONG de raíz democristiana Fundación Humanismo y Democracia, cuya naturaleza jurídica y estatutos han sido ya modificados para optar a las subvenciones estatales que tradicionalmente se llevaba FAES.

Ambas fundaciones no entrarán en competencia por las ayudas públicas porque FAES renunció a esta vía de financiación cuando rompió su cordón umbilical con el PP en octubre pasado. Pero a nadie escapa que el padrinazgo del PP puede ser ahora tan provechoso para el laboratorio de ideas de Rajoy como en el pasado lo fue para FAES, que sólo en 2014 logró más de 1,3 millones del Gobierno.

¿Motor de pensamiento?

En cualquier caso, no son las ayudas públicas, sino la materia gris y la fuerza de las convicciones, las que acaban convirtiendo a una fundación en un verdadero motor de pensamiento y en un faro en el debate político. Aunque no es difícil pensar que la fundación de Rajoy -que se presentará en sociedad como colofón de unos congresos regionales muy tutelados- nace con la voluntad de acallar al pepito grillo de FAES, no está claro que lo consiga.

El rajoyismo ha demostrado sobradamente su capacidad para perpetuarse como maquinaria y sistema de poder: bien renunciando a los principios fundacionales del propio PP y haciendo concesiones a los otros partidos mientras sacaba ventaja de sus errores, bien marginando a los críticos propios. Sin embargo, está por ver cuál es su sustrato intelectual. Sobre todo en un escenario multipartidista en el que Ciudadanos -este mismo domingo- parece cada vez más decantado en su compromiso con las ideas liberales. ¿Va a llevar Rajoy al PP a una posición democristiana y conservadora? Imposible saberlo.

Cuando Aznar anunció en diciembre que renunciaba a la presidencia de honor del PP también subrayó que seguiría utilizando FAES para criticar las políticas del Gobierno. El fundador del PP se equivocó al no intentar impulsar sus ideas en un proyecto alternativo al que representa el rajoyismo. Ahora Génova mueve ficha contra el último reducto de aznarismo como voz de la conciencia del PP.