La Vela, sede de BBVA en Madrid.

La Vela, sede de BBVA en Madrid.

Banca

La gran banca mejora su rentabilidad previa a la pandemia y se acerca al 10%

Santander y BBVA mejoran sus ratios en el primer semestre hasta situarlos por encima del coste de capital.

3 agosto, 2021 02:00

Noticias relacionadas

La rentabilidad es uno de los principales quebraderos de cabeza de la banca, que ya estaba ahí antes de que la Covid-19 marcara el devenir de la economía. Las entidades financieras lamentan, como ya hacían antes, que el escenario de tipos de interés negativos les dificulta tener un negocio rentable, si bien en el primer semestre de este año la gran banca logró compensar este efecto hasta superar las rentabilidades previas a la pandemia y acercarlas al 10%, nivel en el que se sitúa el coste de capital del sector.

En comparación con las mismas fechas del ejercicio pasado, los grandes bancos españoles aumentaron su rentabilidad sobre recursos propios (ROE) en el primer semestre de este año, lo cual tiene bastante sentido, pues la paralización de la actividad que experimentó la economía española durante la primera mitad de 2020 distorsiona toda comparación.

No en vano, de entre los bancos de mayor tamaño del país el mayor ROE que se registró fue del 7,56% y correspondió a Bankinter, mientras que el resto de las grandes entidades se quedó por debajo del 4% o apenas superó este umbral.

Sin embargo, si se contrasta con los registros previos a la llegada de la pandemia la rentabilidad obtenida en la primera mitad de este ejercicio por las grandes entidades es, en general, superior. En esta comparación, CaixaBank, Santander y BBVA aumentaron su ROE a nivel consolidado y lo situaron cerca o por encima del 10%.

Precisamente ese es el nivel en el que las autoridades y los inversores suelen situar al coste de capital... en contra del criterio de las propias entidades. Hace algunas semanas, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, lamentaba que "el coste de capital de la banca no debería estar por encima del 7%".

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, durante su intervención en el Encuentro Bancario del IESE.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, durante su intervención en el Encuentro Bancario del IESE.

Liderando los registros se sitúa BBVA, con un 10,4% ajustado al cierre de junio de este año, una cifra que está por encima del 10,2% de dos años antes. El año pasado, su rentabilidad se hundió hasta el 4,1%. Caso similar al de Santander, pues la entidad que preside Ana Botín cerró el primer semestre con un ROE ajustado del 10,17%, un umbral superior al prepandémico, 8,24% (junio 2019) y, desde luego, al de la primera mitad del año pasado, que fue del 3,98%.

Por su parte, CaixaBank elevó su rentabilidad hasta el 8,2% en junio de este ejercicio (un nivel considerado "sostenible" por los analistas de Credit Suisse) desde el 4,9% registrado en las mismas fechas de 2019. El año pasado, en plena paralización de la actividad por los confinamientos, el ROE de la entidad fue del 4,7%.

Bankinter y Sabadell

También en el umbral del 10% se encuentra Bankinter, si bien en su caso se produjo una ligera caída. En junio de este año su ROE fue del 9,55%, muy cerca del coste de capital, si bien dos años antes llegaba hasta el 12,84%.

La excepción la protagoniza Sabadell, que lleva los últimos tres años registrando rentabilidades inferiores al resto de los grandes bancos a nivel de grupo. En el primer semestre de 2021 únicamente llegó al 3,1%, por encima del registro de junio de 2020 (1,96%), pero por debajo del año anterior (6,9%).

Estas rentabilidades se obtienen en un contexto en el que las entidades financieras españolas están buscando ser más eficientes, especialmente a través de ajustes de su capacidad. Así, los principales bancos han llevado a cabo ingentes procesos de recorte de empleo y de número de oficinas desde que comenzó la pandemia.

Más concretamente, la gran banca ha anunciado el cierre de unas 3.300 sucursales, lo que supone adelgazar la red comercial de todo el país en torno a un 15%, al tiempo que ha puesto en marcha despidos colectivos que se llevarán por delante unos 15.000 empleos.

Una redimensión alentada por supervisores, casas de análisis y agencias de rating, que hace tiempo que vienen anunciando que el sector está abocado recortar su "exceso de capacidad" si quiere salvar su rentabilidad.