El presidente de Qualcomm, Cristiano Amon, durante su intervención en el evento de San Francisco.

El presidente de Qualcomm, Cristiano Amon, durante su intervención en el evento de San Francisco.

Tecnológicas

Qualcomm pone el foco en el ‘edge’: “Somos optimistas”

Su presidente, Cristiano Amon, augura que la computación en el lugar donde se generan los datos será "la mayor expansión de la industria de la movilidad"

14 abril, 2019 07:00

Teóricos y expertos anuncian con fe que el 5G va a generar una revolución en la industria y en el uso de la tecnología. También se multiplican las promesas de cambios radicales a lomos de la inteligencia artificial... Y Qualcomm, uno de los cinco grandes productores mundiales de procesadores, añade un tercer elemento a la coctelera, el edge-cloud "inalámbrico", para establecer los parámetros de un futuro inmediato que cambiará la sociedad. Al menos en "las economías desarrolladas". 

Cristiano Amon, presidente de Qualcomm, presentó en San Francisco tres procesadores para móviles de gama media, de las series 600 y 700 (su procesador más potente es el 855), que suman en un mismo chip capacidades de IA y 5G. Y además, en su verdadera presentación estelar, anunció la tarjeta AI 100 con un chip de siete nanómetros y capacidad de "procesos de inferencia de inteligencia artificial", lista para integrarse en servidores de centros de datos. "Acelerará 10 veces los procesos de inferencia con cualquier combinación de CPUs y GPUs", asegura el vicepresidente Keith Kressin, responsable de producto. 

"La diferencia entre ser o no ser competitivo dependerá del acceso al 'edge'"

La tarjeta AI 100 debe estar disponible a finales de este año. Los chips móviles ya están a punto de empezar a entregarse a los fabricantes de smartphones, porque a Qualcomm le ha entrado prisa por hacer llegar en 2019 su visión del nuevo paradigma tecnológico: "Estamos totalmente enfocados en el 5G y en acelerar su despliegue, adelantándolo un año", confirma el presidente. "Vemos que está muy maduro en smartphones y datos, y no hay ninguna brecha significativa para que pueda ser desplegado en países como Corea, Estados Unidos, Japón, China, Europa... en todas las economías desarrolladas". Precisamente este mes de abri se empezaron a ofrecer coberturas de prueba en las ciudades de Chicago y Mineápolis.

"Se está preparando el lanzamiento en 2019, y nos hace muy felices que, por primera vez en los inicios de todas las generaciones inalámbricas, cuando la red esté dispuesta no va a tener que esperar a los dispositivos, porque ya los tenemos", añade Amon. "Por eso decimos que el 5G ya está aquí. Ahora hay que construir la cobertura y hacer esa transición para llegar al consumidor y las industrias. Marcará una separación entre los innovadores, los líderes, y los que no lo sean".

Pero resulta que la teoría expansiva de Amon se sustenta sobre tres patas inseparables: la conexión 5G, la inteligencia artificial y ese nuevo concepto que crece en importancia, el edge-cloud (al que añade indistintamente los apellidos "móvil" e "inalámbrico"), la nube descentralizada y cercana a la que se conecta el  dispositivo del usuario. Sin embargo, INNOVADORES detecta, y se lo plantea, una cierta contradicción con el lema de la presentación: "Este es el tiempo en que la IA vive en tus manos, no en la nube". ¿En qué quedamos, pues: nube sí o no?

"En nuestra gran visión estratégica, el 5G conecta la nube y los dispositivos en el edge", responde. "Tienes tu smartphone, con su capacidad de computación, tienes el 5G y la movilidad en el edge-cloud. Siempre está ahí la gran nube, pero el edge-cloud podrá hacer uso de la muy baja latencia del 5G. Entonces, las líneas se difuminan y lo que tienes ahora es una combinación de inferencia IA en el dispositivo y a su alrededor hay aplicaciones que requieren muy poco consumo de energía, y muy baja latencia de conexión. Por ejemplo, la cámara: hace fotos, las mira y hace postprocesado en tiempo real. El subsistema de la cámara usa ahora IA para mejorar la foto".

No es el único uso de inteligencia en el móvil que propone Amon: "Otro caso que me apasiona es el aumento de la seguridad. Hoy hay sistemas en la nube, de las compañías de tarjetas de crédito, muy sofisticados: cuando viajas y usas una tarjeta en un lugar donde nunca has estado, haces una llamada o envías un mensaje, hay procesos de IA controlando comportamientos. Pueden advertir si un comportamiento es diferente de lo predecible. La IA en el dispositivo tiene capacidades para monitorizar tu actividad y, con lo que sabe de ti, ver si una situación es segura o no". 

No se conforma con eso: "La IA sabe cómo usas la batería, el módem, cómo cambias de telefonía a wifi... Hay una serie de capacidades en el dispositivo y tienes la posibilidad de saltar a la nube para hacer computación. Con la baja latencia del 5G y el edge-cloud móvil, hay aplicaciones que pueden ofrecerte capacidades de IA en cada terreno específico".

Si hace algunos meses se habló de que los procesadores de tipo ARM, con Qualcomm a la cabeza, trataban de disputar a Intel el dominio de los centros de datos, ahora Amon deja claro que no juega esa baza: "No entramos en el negocio de los centros de datos, sino en el cloud-edge, porque es una nueva oportunidad. Ponemos el foco en la computación conectada y en lo que haces al otro lado de la conexión, en el smartphone. Es una tecnología escalable y somos optimistas". 

"Va a ser probablemente la mayor expansión de la industria de la movilidad", sentencia el CEO de la multinacional tecnológica. Y por primera vez la industria inalámbrica, no la de telecomunicaciones, contribuye a un propósito general de tecnología para la sociedad. No tendrá impacto sólo para la propia industria inalámbrica, sino para otras como el automóvil y distintos sectores de la economía", explica. "La diferencia entre ser competitivo o no dependerá de tener acceso a esta tecnología. Por eso es crítica la infraestructura, para aprovechar las oportunidades", concluye. 

5G: flexibilidad y nuevos negocios

El presidente de Qualcomm ve grandes diferencias entre los despliegues de las telefonías 2G, 3G y, en gran parte, 4G y lo que será el 5G. "Con las redes anteriores todos los operadores estaban al mismo nivel. El 5G requiere un significativo 'backbone'. Es auténtica alta velocidad, sin latencia. Los operadores que ahora tienen la fibra y la red tendrán una significativa ventaja sobre los que no. Además, requiere que se intensifique la red [antenas]. Y las empresas querrán instalaciones privadas de 5G. Los operadores tendrán que ser muy flexibles y crear nuevos modelos de negocio que lo faciliten".