La violinista Hilary Hahn y el maestro italiano Gianandrea Noseda

La violinista Hilary Hahn y el maestro italiano Gianandrea Noseda

Música

El maestro italiano Gianandrea Noseda dirige a la violinista Hilary Hahn en el Auditorio Nacional

El director llega a Ibermúsica al frente de la Orquesta Sinfónica de Washington para ofrecer dos conciertos.

18 febrero, 2024 01:49

Ibermúsica no cesa y no ceja y continúa adelante con una programación que esta temporada se nos antoja especialmente variada y compacta. En días precedentes hemos tenido a las Orquestas Filarmónica de Dresde con Pablo González y de Múnich con Mehta, a la St Martin in the Fields con Fischer, a la Elbphilharmonie con Gilbert, a los conjuntos Balthasar Neumann con Hengelbrock. Ahora nos llega la National Symphony Orchestra de Washignton con Gianandrea Noseda, que actuará este  domingo, 18 de febrero, y el lunes, 19.

El director milanés (1964) lleva ya siete años al frente del conjunto norteamericano. Es maestro expresivo y de contagioso entusiasmo. Maneja tempi por lo general vivos y revela una clara capacidad para dotar de ligereza a las texturas. Su mando es elástico y móvil, siempre atento al desarrollo natural de la música.

En tiempos vino con frecuencia a nuestro país desde que en 1994 ganara el Concurso Internacional de Dirección de Cadaqués. Como discípulo de Myung-whun Chung y de Valery Gergiev, ha reunido algunas de las virtudes de estos dos maestros: la claridad y equilibrio del primero y el impulso e intensidad del segundo.

El nerviosismo habitual de su gesto no se hace, sin embargo, atosigante. Es armonioso en los pasajes más lentos. Esa mímica obedece, desde luego, a criterios muy estrictos nacidos de un estudio severo de las partituras. Otra cosa es que siempre acierte.

Los dos conciertos previstos en el Auditorio Nacional llevan programas no del todo manoseados. Lo son en buena medida la Quinta de Shostakóvich, con su tan característica acidez y su brío en el movimiento postrero, y la Novena de Schubert, La Grande, una acabada muestra del sinfonismo heredado de Beethoven revestida de un lirismo de altos vuelos y de una excitación permanente.

La primera sesión se abre con una composición nueva para nosotros, el Concierto para orquesta de Carlos Simón, originario de Atlanta. Músico joven que sabe articular sus obras combinando sabiamente un lenguaje muy propio y directo con espirituales afroamericanos, herencia de sus antepasados, y melodías litúrgicas católicas. Noseda y su orquesta fueron de los primeros en interpretar la obra.

Enseguida sonará el muy bello y colorista Concierto para violín de Korngold, alemán emigrado de EE.UU. Necesita un instrumentista de primera. Lo tiene en Hilary Hahn (1979), artista que siempre ha exhibido una afinación de rara exactitud, un fraseo tan concentrado como expresivo, animado de una viva tensión interior.

En la segunda sesión, tras la maravillosa Suite lírica de Alban Berg, se ofrecerá, antes de Shostakóvich, el no menos sublime Concierto para piano nº 4 de Beethoven, que requiere del solista un talento especial para la introspección y el fraseo cálido y meditativo. El coreano Seong-Jin Cho (1994), ya conocido entre nosotros, parece tener esas condiciones. Posee fraseo limpio y sentido de las proporciones.