“Nadie odia a Novak Djokovic”

“Nadie odia a Novak Djokovic”

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Marko Djokovic: "Nadie odia a Novak Djokovic”

El hermano del número uno del mundo cuenta en esta entrevista con EL ESPAÑOL cómo es el campeón de once 'grandes' en su lado más desconocido por el gran público.

11 mayo, 2016 00:52
Roma

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Bajo un sol de justicia (26 grados de temperatura), Novak Djokovic se entrenó en Roma para preparar su estreno del miércoles ante el francés Robert (7-6 y 7-6 a Aljaz Bedene). El serbio, campeón del Mutua Madrid Open hace dos días, llegó al Foro Itálico y rápidamente se puso manos a la obra, buscando la adaptación a un torneo con unas condiciones completamente distintas (sin altitud) a las de la Caja Mágica.

Antes del debut, Marko Djokovic (Belgrado, Serbia; 1991), hermano, también tenista y una de los pilares fundamentales en la vida de Nole, se sienta con EL ESPAÑOL para repasar la evolución del número uno del mundo desde sus inicios en una montaña de Serbia hasta la actualidad, convertido ya en uno de los mejores jugadores de siempre. En la camiseta que lleva durante la entrevista puede leerse 'Amor y paz', un lema que tendrá gran protagonismo en la conversación.

En Madrid, su hermano escribió en una de las puertas del edificio de jugadores el mismo mensaje que usted lleva en su camiseta.

Amor y paz es una filosofía de vida. Con 20 años, pasé una depresión y encontré a Pepe Imaz en Marbella, una persona que me ayudó mucho. Empecé a trabajar en mi interior. Amor y paz es quererte a ti mismo para poder querer a otra gente y sentirte bien. Eso es lo más importante, sentirte bien. ¿Cómo te sientes bien? Con amor. Es algo que Novak siente también.

Los esfuerzos que él hace por agradar son evidentes. Hablando español, por ejemplo. ¿Por qué?

Novak se esfuerza en hablar el idioma del lugar en el que está para entender mejor a las personas. En Madrid se atrevió con el español. La fuerza interior que recibe a cambio es muy importante. Eso viene de familia, de nuestra educación. Y es sencillo de explicar: una persona tiene más energía cuando se conecta con otra persona. Cuando abrazas a otra persona te sientes muy bien.

Pero eso cuesta.

Cuesta abrazar a alguien y cuesta decirle te quiero, pero cuando lo haces recibes energía. A Novak le da mucha energía tener ese contacto personal con la gente. Para mí, todos somos uno: almas, personas, como quiera llamarlo. Luego están las cosas materiales, el lugar en el que has nacido… Pero todos venimos del mismo mundo.

¿Cuál es la motivación que mueve a su hermano ahora mismo?

Le encanta ayudar a la gente. Él sabe que si consigue mucho éxito va a tener más opciones de ayudar al resto. Por eso quiere ganar y ganar y seguir ganando. Novak vivió de joven una etapa complicada, en la que no tenía recursos ni tampoco dinero. Ahora, con el dinero que gana, él ayuda a mucha gente que lo necesita.

Recuerde esa etapa complicada.

No era la mejor época para jugar al tenis en Serbia, con la guerra y con todo lo que estaba sucediendo. Mi familia estaba muy unida. Ellos hicieron un esfuerzo muy grande para que nosotros estuviésemos aislados de todo eso, de la guerra y el resto de problemas. Tengo recuerdos buenos de cuando era un niño. Se lo debo a mis padres.

Novak vivió de joven una etapa complicada, en la que no tenía recursos ni tampoco dinero.

¿Dónde vivían?

En una montaña, porque nuestros padres tenían un restaurante. Frente al local hicieron unas pistas de tenis. Novak estaba viendo a la gente jugar y decidió empezar a hacerlo. Yo soy cuatro años menor que él, pero me dedicaba a mirar cómo jugaba. Un hermano mayor es como una referencia, alguien a quien te gusta imitar. Y eso intenté hacer…

¿Llegó a pensar entonces que se convertiría en el jugador actual?

Le digo la verdad. Pasé con él muchos años, pero cuando empecé a viajar para jugar no pude acompañarle, desde los 14 a los 17 años. No sé cómo explicarlo, pero Novak siempre ha tenido algo especial, algo dentro. Por eso ha llegado a lo que es. Para mí ha sido algo normal. Quizás, la gente pudo sorprenderse, pero yo tenía claro que sería un campeón. Novak quería, quería y quería. Y mire, llegó.

Evolucionó. Antes destrozaba raquetas, tenía problemas en la pista, con la grada…

Lo hizo, sí. Y es una evolución que le pertenece exclusivamente. Ha madurado. Cuando estás bien contigo mismo lo puedes trasladar con facilidad a la pista. Si tienes rabia acabarás destrozando raquetas. A mí me pasaba mucho antes y aprendí a controlarme.

Novak quería, quería y quería. Y mire, llegó.

¿Cree que le falta empatía con los aficionados?

Vivo en Marbella y mucha gente me conoce como el hermano de Novak. No veo ningún problema con él en España. Lo que pasó con Dimitrov [fue abucheado en su derrota en la segunda ronda de Madrid 2013] fue algo aislado. Hay veces que en una conversación alguien dice una cosa y vienen otros y le siguen sin pensar, haciendo que suba el murmullo hasta explotar. En Madrid, tras ganar a Bautista algunos empezaron a pitar, pero la mayoría se levantaron y aplaudieron. Nadie odia a Novak Djokovic. En la calle, la gente está encantada con él y eso se nota.

La nutrición, la disciplina en los entrenamientos, el entorno… ¿Cuál es su mayor virtud?

Su mayor virtud es observar. Novak se fija en cómo está haciendo cada uno las cosas para coger lo mejor de cada persona. Cuando era joven tenía problemas con su respiración. Estaba más nervioso en la pista. Como tiene ese talento de fijarse en el resto y aprender, ha evolucionado hasta superar todos esos problemas. El proceso ha sido mejorar la alimentación, hacer yoga, cuidar a su familia, ahora a su hijo… El tenis y la vida están unidos. Si no tienes un equilibrio bueno en tu vida, no vas a jugar bien a tenis. Novak ha conseguido un equilibrio increíble. Eso es muy difícil de lograr.

¿Y su mejor aptitud tenística?

Su capacidad para leer el partido, moverse y recuperarse después de los puntos. Con Novak, cada punto parece el primer punto del partido. En el tenis hay mucha adrenalina y eso se puede volver en contra, en forma de agobio. Novak se calma antes de cada punto y consigue una estabilidad fascinante. Es una de sus mejores cualidades. Evidentemente, de golpes no necesitamos hablar.

Su mayor virtud es observar.

Nadal dice que desgasta más ganar que perder. En 2015, Djokovic terminó con un récord de 82 victorias y seis derrotas.

He hablado mucho con él de eso. Lo más importante es si estás contento y feliz con todas las cosas que haces, ganes o pierdas. Si está feliz y contento, perfecto. Ahí se terminó todo.

¿Cree que puede convertirse en el mejor de la historia? Está en el camino correcto…

Al principio, Novak estaba luchando para ser número uno del mundo porque obviamente eso es algo especial. Cuando llegó a serlo, se propuso ganar los máximos torneos posibles, conquistando los más importantes, pero no le gusta pensar en el futuro. La gente ahora está hablando mucho de eso, debatiendo sobre si será el mejor de la historia. Da igual, la vida continúa después. Cuando acabe su carrera va a continuar con su camino. Para mí, no importa. Hay que vivir cada día y disfrutarlo. Por ejemplo: mi relación con él no va a cambiar si consigue ser el mejor de la historia.

Marko Djokovic en el Mutua Madrid Open

Marko Djokovic en el Mutua Madrid Open Ángel Martínez Fotos cedidas por Mutua Madrid Open

Su hermano sigue una dieta libre de gluten. ¿Usted también?

Sí.

¿Ayuda?

Puede probarla (risas). No, de verdad. Yo tenía alergia al gluten. Puedo probarlo, no como alguien celíaco, pero no me siento bien. Algunos amigos decidieron probar comida sin gluten 10 días. Después de tres días, la gente se sentía mucho mejor. El gluten es como un pegamento. Está por todos lados y es muy complicado no tomarlo, pero es un pegamento que te hace sentir pesado.

¿Sabría cómo jugarle si se enfrentaran?

No he tenido muchas oportunidades en los últimos años de jugar contra él, pero ahora estoy compitiendo a un nivel bueno. Cuando juegas ante Novak te das cuenta de que lo tiene todo. Es muy difícil encontrar un jugador en la historia tan completo. A nivel mental, físico, visión, golpes… Tienes que pegarle a la bola lo más fuerte que puedas y que él no tenga su mejor día.

¿Volverán a jugar un dobles juntos?

Es una buena pregunta. Antes, estaba muy nervioso cuando jugaba con él porque no tenía confianza. Tenía mucho estrés. Recuerdo jugar con Novak un partido en Umag ante 5.000 personas y pasarlo fatal, agobiado. Ahora estoy aprendiendo a disfrutar cuando juego con mi hermano. Le veo como alguien muy cercano, no como el campeón de todo.