Tadej Pogacar celebra su victoria en la Strade Bianche.

Tadej Pogacar celebra su victoria en la Strade Bianche. STRADE BIANCHE

Ciclismo LIEJA BASTOÑA LIEJA

Tadej Pogacar frena a Van der Poel en la Lieja y firma una nueva exhibición para la historia

El ciclista esloveno arrancó en La Redoute a más de 30 kilómetros para la meta y Mathieu Van der Poel no fue capaz de seguirle.

21 abril, 2024 16:34

Tadej Pogacar sigue empeñado en dejar un legado imborrable en el ciclismo. El esloveno se proclamó campeón de la Lieja - Bastoña - Lieja por segunda vez en su carrera deportiva y lo hizo con una nueva exhibición en solitario, como a él y a todos sus seguidores les gusta. 

El corredor de UAE Team encontró en la subida a La Redoute el lugar idóneo para dejar atrás a todos sus rivales. Un sitio emblemático situado a 30 kilómetros para la meta que se convirtió en el juez de la carrera. Ya tiene seis Monumentos, y no tiene pinta de que esto se vaya a quedar aquí.

Ni Mathieu Van der Poel con el maillot arcoíris ni ningún otro rival fue capaz de soldarse a la rueda del doble campeón del Tour de Francia. Tiene una capacidad de arranque sin parangón y con Van der Poel en los últimos días rindiendo por debajo de sus posibilidades, no hubo rival. 

La segunda plaza fue para un gran Romain Bardet, que entró en meta en solitario tras un gran derroche de energía, mientras que Mathieu Van der Poel completó el podio al imponerse en el sprint del grupo. 

Pogacar y la historia

De entrada, el mal tiempo amenazaba con condicionar la carrera tanto como sucedió hace apenas unos días en la Flecha Valona. Hubo lluvia, también granizo en algunos momentos, es cierto. También bajas temperaturas, pero ni mucho menos el clima fue tan adverso como hacía unos días.

Se planteaba una preciosa batalla Van der Poel contra Tadej Pogacar pero todo quedó en un espejismo. Con cierta normalidad transcurrió la carrera durante el tramo inicial. La habitual fuga se marchó por delante, pero nunca fue un problema para el pelotón, que venía afilando el cuchillo.

Ahí, en el gran grupo, se pudo ver a Van der Poel algo desconectado como hace apenas unos días en la Amstel Gold Race. Extraño, porque este era su otro gran objetivo después de haberse proclamado campeón ya del Tour de Flandes y la París Roubaix.

Al campeón del mundo le pilló despistado una montonera, síntoma de que las cosas no marchaban bien. No se fue al suelo, pero sí que se vio cortado por aquella caída que se produjo además a mitad de grupo. Restaban 100 kilómetros por delante y el arcoíris se vio obligado a tener que recuperar más de un minuto con respecto al grupo en el que se encontraba Pogacar.

Lo consiguió, pero quedó claro que no estaba en su mejor momento de forma. La carrera avanzó con UAE endureciendo el ritmo y fue en La Redoute, a poco más de 30 kilómetros para la meta, cuando Pogacar cambió el ritmo para corresponder el trabajo de sus compañeros.

En el momento en el que cambió el ritmo, el resto supo que aquello se había acabado. Tiene una superioridad tan manifiesta que se abrió de inmediato una pelea por la segunda posición. Pogacar empezó a abrir brecha y se supo pronto campeón. Aquella cabalgada iba a ser su sexto Monumento, su segunda Lieja para una carrera que ya corresponde a una auténtica leyenda del ciclismo y del deporte.

Entró vencedor en meta, por delante de un solitario Romain Bardet que fue una de las notas positivas de la carrera. El tercer cajón de podio lo ocupó Van der Poel, que se impuso en el sprint del grupo, en una demostración de que pese a no estar en sus mejores condiciones sigue siendo mejor que la gran mayoría.