La enfermera Teresa Romero, al salir del hospital.

La enfermera Teresa Romero, al salir del hospital. Evrim Aydin Getty Images

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Ébola rico, ébola pobre

Los que lucharon contra el virus en Europa y EEUU murieron menos, más por el llamado soporte vital que por el acceso a tratamientos innovadores. 

19 febrero, 2016 01:36

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Pregunta de trivial: nombre de una afectada por el ébola en un país desarrollado. Siguiente ronda: mencione una víctima de esta enfermedad en África. El primer quesito está asegurado. Nadie dudaría en responder "Teresa Romero", la enfermera del Carlos III que superó la patología tras varias semanas ingresada en el hospital madrileño con una ristra de cámaras pendientes de cada mínimo movimiento en su ventana. ¿El segundo? Pocos volverían a tirar los dados. 

Y eso que la diferencia numérica entre afectados por el ébola en África y las regiones más ricas es abismal. Según la Organización Mundial de la Salud, 28.637 personas resultaron infectadas en el continente negro en la última epidemia. En Europa y EEUU, sólo 27. 

No son las únicas diferencias, como pone de manifiesto un interesante trabajo publicado en la última edición de The New England Journal of Medicine (NEJM), que revela cómo se manejaron en los países ricos los pocos casos de ébola que se diagnosticaron en las zonas más privilegiadas del planeta, España incluida. 

Cuestión de soporte

La principal conclusión del trabajo, según explica a EL ESPAÑOL uno de los firmantes del mismo, el especialista del Hospital Universitario La Paz José Ramón Arribas, es que, puestos a contraer el ébola, mejor hacerlo en estas regiones que en África. La razón es muy simple: los pacientes de la enfermedad en los países occidentales murieron menos. De los 27 tratados en el hemisferio norte no logró superar la enfermedad un 18,5%. En África, la mortalidad osciló entre el 50% y el 70%. 

Arribas subraya, además, que estos resultados son los obtenidos "la primera vez que se veían pacientes de este tipo en hospitales modernos y con medios", lo que permite predecir que, si se volviera a repetir la situación, España estaría "mucho mejor preparada" para afrontarla. 

Si se volviera a repetir la situación, España estaría mucho mejor preparada

La razón de esta diferencia en mortalidad y evolución de los pacientes no está en el acceso a tratamientos innovadores o carísimas medicinas, sino en el llamado soporte vital, las técnicas para mantener con vida a un paciente tras el fallo de uno o más órganos vitales. Como pone de manifiesto el trabajo, la falta de datos no permite saber qué fue lo que curó a los pacientes de los países ricos, porque no se pudieron hacer ensayos clínicos que compararan la eficacia de estos. 

En total, los médicos de los nueve países donde se trataron casos fuera de África (EEUU, Alemania, Suiza, Reino Unido, Noruega, Italia, Holanda, Francia y España) probaron 10 tratamientos experimentales, que incluyen desde fármacos innovadores como el ZMapp hasta plasma de convalecientes que habían superado la enfermedad. 

Pero Arribas está convencido de que lo más importante fueron las medidas básicas, ese soporte que se centra especialmente en la hidratación y en la reposición de elementos específicos, como el sodio y el potasio. 

Uso compartido de datos

Para el médico de La Paz, otro elemento clave a la hora de controlar la enfermedad es haber podido llevar a cabo análisis minuciosos que en África, "sobre todo al principio", no se podían realizar. 

En el estudio publicado se desgranan los resultados en laboratorio de distintas variables y se puede observar qué anormalidades afectaron a un mayor porcentaje de pacientes, como la hipoalbuminemia (niveles elevados de albumina) o la trombocitopenia. 

Toda esta información, resalta Arribas, es "fruto de la colaboración" entre centros, que ha supuesto una "enseñanza muy importante" que sin duda influirá en el manejo de futuros casos, si los hubiera. 

Para el experto, la principal conclusión del estudio es que el ébola es "una enfermedad tratable, con una mortalidad elevada, pero que permite a los afectados salir adelante con un cuidado de soorte adecuado". 

Diferencias entre ricos y pobres

Pero ¿a qué se deben las diferencias? Arribas cree que, en parte, se pueden deber al diferente manejo de la dolencia en las distintas etapas del brote. "Al principio, los esfuerzos en África se encaminaban sobre todo a contener la enfermedad", apunta. También las circunstancias fueron cambiando con el tiempo. "Al principio no había medios y con el tiempo se construyeron mejores centros", añade. 

Diana Pou, especialista de la Unidad de Medicina del Hospital Vall d'Hebron que ha trabajado en epidemias de ébola en Angola o Uganda entre otros países, señala a este diario otros factores que influyen en la enorme diferencia de pronóstico entre regiones. 

Brote de ébola en Monrovia.

Brote de ébola en Monrovia. DOMINIQUE FAGET AFP/Getty Images

Por ejemplo, apunta, la mayoría de las personas que fallecieron en África lo hicieron sin llegar a pisar un hospital, o en un centro médico donde no les diagnosticaron correctamente. "La gente tenía miedo de acudir con síntomas de ébola, por el estigma y porque pensaban que iban a morir igualmente, lo que hizo que la mortalidad fuera altísima, sobre todo al principio de la epidemia", señala. 

Por supuesto, la falta de medios también influyó, como lo hizo también la carencia de medidas de seguridad. "No hay laboratorios de seguridad donde se pueda analizar una muestra en el terreno y es peligrosísimo manipular el virus sin las medidas adecuadas", comenta Pou. 

En el estudio del NEJM se ve como el 81% de los pacientes tratados fuera de África era personal sanitario. También en África, la pandemia golpeó duramente a este sector, con unas consecuencias que no afectaron a los afectados de los países ricos. "Murieron muchos médicos y, de los supervivientes, algunos dejaron de ir a trabajar por miedo", relata la médico cooperante. Otras deficiencias sanitarias son "inimaginables en países ricos". Como muestra, la especialista pone un ejemplo: "Muchos partos de pacientes de ébola se atendieron con bolsas de plástico por la falta de guantes, con lo que eso supone de riesgo". 

Pou cree que de este brote se puede deducir que una nueva situación similar también se trataría mejor en África "porque hay más información", pero siempre que se tratara de brotes declarados. "Lo normal, y lo que va a seguir pasando, es que se den en zonas rurales donde no ha llegado ni la información ni los medios", concluye. 

Una nueva esperanza terapéutica

La revista Science recoge este mismo jueves un estudio que podría ayudar a diseñar una cura eficaz para el ébola, ya que se supone que el brote que concluyó a principios de año no será el último que asole África.

Investigadores de la empresa Adimab, líder en el descubrimiento de anticuerpos humanos, describe los resultados de un experimento en el que se ha aislado un "amplio panel de anticuerpos neutralizantes de un superviviente del reciente brote de Zaire". 

Es el mayor conjunto de anticuerpos descrito en la literatura científica hasta la fecha. Que esto cristalice en un tratamiento eficaz o una vacuna depende del trabajo posterior de los investigadores. Eso sí, la empresa se lo va a poner fácil a la comunidad que busca esa cura, ya que la secuencia genética de todos los anticuerpos estará disponible de forma gratuita a través de la base de datos GenBank.