La serie Emily in Paris, ahora en Italia, es un regalo no sólo para los aficionados de la moda sino también para los amantes de los viajes y del patrimonio de ciudades tan icónicas como, primero París y ahora Roma.
De hecho, los episodios han buscado localizaciones espectaculares donde la estética y la belleza marcan no sólo la apariencia de los protagonistas sino también el escenario sobre el que se mueven. Una decisión nada complicada si hablamos de la capital italiana o de la francesa.
Tanto en el argumento como en la fotografía hay un emplazamiento que ha conseguido colarse casi como un protagonista en sí mismo en la hedonista serie: Solitano, el pueblo de la familia Muratori.
Emily y Marchello en Roma.
Se trata de un lugar donde se conserva la esencia de los pueblos italianos, con su plaza empedrada, rodeada de edificios de piedra y balcones llenos de flores. En la ficción, se trata de un lugar donde reina la armonía entre trabajadores y patrones y donde la felicidad siempre se sirve en una larga mesa compartida.
Pero ¿dónde existe ese lugar tan mágico? Pues ni en la Toscana ni en Liguria, dos de las regiones que acogen a algunos de los pueblos más bonitos de Italia. En realidad, todas las escenas que tienen que ver con Solitano se han grabado en el pueblo de Ostia Antica, a las afueras de Roma.
Emily, Marchello, Mindy y Nicolas en Venecia.
Ostia Antica fue el principal puerto de la antigua Roma que se levantó justo en la desembocadura del Tíber y que, a sólo 30 minutos de la capital, funcionó como su mayor conexión con el mundo. Tras la caída del Imperio, Ostia fue abandonada poco a poco quedando sólo en pie el Borgo di Gregoriopoli, que es el nombre antiguo con el que se conocía a este borgo.
Este burgo medieval fue fundado por el Papa Gregorio IV en el siglo IX como el último refugio de las incursiones sarracenas para los habitantes que quedaban tras la decadencia de Roma.
Una de las calles de Ostia Antica.
Ruinas de Ostia Antica.
Se organizó un pequeño asentamiento alrededor del Castillo di Giulio II que aparece al fondo de algunas imágenes de la serie cuando Emily o Marchello Muratori pasean por el pueblo o charlan con la madre de éste.
El corazón de Solitano, y también del Borgo di Gregoriopoli, es la Piazza della Rocca, a la que se accede tras pasar la puerta de las murallas. Es un espacio bien conservado, como se puede ver en muchos capítulos, con casas de piedra que aún siguen habitadas y calles estrechas.
Si el plano se hubiera abierto mucho más, nos hubiéramos dado cuenta del increíble contraste que hay entre este emplazamiento medieval y las ruinas romanas de Ostia Antica como el Teatro, las Termas de Neptuno con sus mosaicos, la Plaza de las Corporaciones, el Foro, el Capitolio, y edificios de apartamentos, perfectamente conservados para mostrar lo que era la vida urbana y comercial de una ciudad romana.
Muchos hablan de Ostia Antica de un ejemplo perfectamente al nivel de Pompeya aunque más pequeña y menos concurrida. Si en el caso de la ciudad napolitana fue el volcán quien la conservó, en estas ruinas cerca de Roma fue la arena la que garantizó su conservación.
Eso sí, las imágenes aéreas de Solitano ya no son en Ostia sino en Pienza, un pueblo este sí en la Toscana, de estilo renacentista, y que ha sido escenario de muchas otras películas, por lo que está acostumbrado a ver cámaras y sets por sus bellas calles.
Tampoco la increíble casa de los Muratori está en el Borgo di Gregoriopoli sino que se trata de una villa en la zona de Rignano Flaminio, también cerca de la capital italiana, y que esconde tras largas entradas con árboles palacios espectaculares como el que se utilizó para la grabación.
