F. J. R.
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Chefchaouen, conocida por los lugareños como Chaouen, es una ciudad con un sello muy especial, además de estar construida en la ladera de una montaña. Pero si fascina tanto a los viajeros es porque da una impresión de irrealidad. Las fachadas de sus casas están teñidas de azul y blanco, toda la ciudad parece estar bañada de azul.

Fachada de Chefchaouen, en Marruecos. Cedida

Caminas como si estuvieras en un sueño. Los habitantes de Chaouen se dedican a pintar las paredes y los suelos de las casas varias veces al año, e incluso el suelo de las calles, muchas de las cuales tienen forma de irregulares escalinatas, coincidiendo con los cambios de estación y las celebraciones anuales. Este trabajo meticuloso y casi obsesivo tiene múltiples objetivos: purificar, higienizar, aportar frescor y ahuyentar a los insectos, y ha forjado la singularidad de la población.

La medina de Chaouen, también conocida como el “pueblo azul de Marruecos”, es un lugar emblemático que ha sido fuente de inspiración para muchos pintores famosos, como Eugéne Delacroix, Maria Fortuny y Henri Matisse. Chaouen es conocida por sus estrechas calles empedradas y casas pintadas en tonos de azul intenso, lo que la convierte en uno de los destinos más fotogénicos de Marruecos.

El corazón de la medina de Chaouen es la Plaza de Uta al-Homman una plaza animada que cuenta con la Alcazaba y una mezquita con una impresionante torre de base octogonal. Esta plaza es un punto de encuentro para los habitantes locales y los visitantes, y es un lugar perfecto para disfrutar de la vida local mientras se observa el ir y venir de la gente.

La medina de Chaouen también es conocida por la Mezquita de los Andaluces un lugar icónico con una arquitectura única y un hermoso minarete. Esta mezquita fue construida por refugiados moriscos que huyeron de la Reconquista en España, lo que le confiere un valor histórico y cultural especial. Cada rincón de la medina de Chaouen ofrece oportunidades únicas para los amantes de la fotografía. Las estrechas calles empedradas, las fachadas de las casas pintadas en azul y el juego de luces y sombras crean una atmósfera mágica que es irresistible para capturar en imágenes.

Mercado de Chefchaouen, en Marruecos. Cedida

La Avenida Hassan II es la principal vía de la ciudad moderna de Chefchaouen, que se extiende sin atravesar la medina. En uno de sus extremos se encuentra Mohammed V. Aquí se realiza un mercado los martes y jueves. En el otro extremo, encontramos Bab el Ain, la entrada principal a la antigua ciudad. La Plaza Uta el-Hammam, que es la plaza más céntrica de Chefchaouen, donde se encuentran numerosos restaurantes y bares donde disfrutar de un té de menta.

La Kasbah es una fortificación histórica, que en el pasado protegía a la ciudad de los bereberes, se encuentra ubicada en el corazón de la medina y ofrece una fascinante visión del pasado de la región. Una vez dentro de la Kasbah, podrás admirar su impresionante muro almenado y descubrir un tranquilo y encantador jardín andaluz que se encuentra oculto en su interior.

Rif Sebbanin es el barrio de los lavaderos, que cuenta con la Plaza de Sebbanin y su mezquita del siglo XV. Este lugar te permitirá sumergirte aún más en la cultura local y apreciar la arquitectura tradicional de Chaouen, así como interactuar con los habitantes locales y conocer más sobre sus costumbres y formas de vida.

La Medina Azul

El corazón de Chaouen es su medina, que es famosa por sus calles y edificios pintados de azul. Pasear por las estrechas calles de la medina es una experiencia única, con sus casas encaladas y sus puertas y ventanas pintadas de azul brillante.

La Ruta del Pico de Jebel Bouhachem es ideal para los amantes del senderismo y la escalada, y se puede hacer en aproximadamente 6-8 horas. Comienza desde las afueras de Chaouen y sigue un sendero empinado y rocoso que conduce a la cumbre del Pico de Jebel Bouhachem, que ofrece vistas panorámicas espectaculares de la región.

Vistas panorámicas de Chefchaouen. Cedida

Por otro lado, la ruta del Lago de Afennourir es la ruta más larga y desafiante, y también se puede hacer en aproximadamente 6-8 horas. Comienza desde Akchour y sigue un sendero que atraviesa montañas y valles, pasando por una serie de lagos y paisajes montañosos impresionantes. El Lago de Afennourir es el punto culminante de la ruta y ofrece un hermoso paisaje de montaña rodeado de cedros y pinos.

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