Redacción | Viajes
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Nápoles es una ciudad abrumadora. Desde el encanto del paseo marítimo, con el Vesubio asomando, hasta el centro histórico repleto de vida y de belleza. el hecho de haber sido el lugar de encuentro de diversos pueblos la ha marcado profundamente, desde la más remota antigüedad, haciendo de Nápoles una fuente de cultura.

Basta con pasear por sus calles, llenas de tesoros artísticos y arquitectónicos, para darse cuenta de ello. Es una ciudad con una magia única, que incluye atractivos naturales. Nápoles es una ciudad sobreviviente, teniendo en cuenta las erupciones del Vesubio, los terremotos. Pese a todo esto, Nápoles se mantiene vigente con una oferta turística envidiable al tener un patrimonio histórico, natural, cultural y artístico maravilloso.

Tampoco puede olvidarse el generoso clima del que goza y su particular población. En el centro de la ciudad puedes visitar cada día un punto de interés diferente, llámese museo, calle, plaza, monumento, entre otros. Es que este centro histórico, el más extenso del continente europeo, es en sí mismo una especie de museo al aire libre, por lo que no resulta sorprendente que se declare Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Por mencionar un detalle, en Nápoles hay más de cuatrocientas iglesias monumentales. Nápoles se encuentra en una región cargada de historia y leyendas, donde cada lugar tiene algo que contarnos. Por otra parte, la belleza natural que le aporta su hermosa bahía deja sin aliento.

En ella se contempla la icónica vista de Italia del Golfo de Nápoles, una poderosa imagen simbólica del país. La Plaza del Plebiscito. Toma su nombre del plebiscito del 21 de octubre de 1860 que decretó la anexión del Reino de las Dos Sicilias al Reino de Italia. La más grande de la ciudad en la que se encuentra. La plaza del Plebiscito está muy cerca del mar, enmarcada por cuatro edificios de gran importancia histórica y artística: el Palacio Real, la Basílica de San Francesco di Paola y dos edificios simétricos, la Prefectura y el Palacio de Salerno.

La Catedral de Nápoles. Principal templo de la ciudad que data de 1314 y alberga muchas valiosas obras. El pórtico semielíptico recuerda a la Basílica de San Pedro de Roma. En el centro de la plaza se encuentran las dos estatuas ecuestres de Carlos III (obra de Canova) y Fernando I de Borbón, encargadas tras el periodo napoleónico para celebrar el regreso de la casa española a Nápoles.

Basílica de Santa Clara. La Basílica ha sido testigo del transcurrir del tiempo en Nápoles. El edificio se ha conservado pese a las guerras, los terremotos, las inundaciones y los saqueos que ha sufrido en distintas épocas. En su interior se ha salvaguardado una parte trascendental de la historia de la ciudad. Por ejemplo, aquí se encuentran los restos de la familia Angevina, familia real importante en Nápoles y constructores del templo. Además, en la Basílica de Santa Clara están algunas tumbas de la dinastía de los Borbones. También resguarda muchas obras de arte de distintas épocas, resaltando un fresco del s. XV muy bien conservado.

Nápoles Cedida

Este complejo monástico está compuesto de un monasterio que posee cuatro grandes claustros, más excavaciones arqueológicas y un museo. En el museo se aprecian restos de las pinturas de Giotto, las cuales se encuentran en las salas pertenecientes a las monjas. Entre las principales atracciones de la Basílica de Santa Clara están: el Claustro Grande, una cuna napolitana, el Museo dell’Opera, los baños romanos, el Área de congresos y el Área de convivencia.

A continuación, el Claustro Grande. El Claustro de la Basílica de Santa Clara es sin duda un lugar de sorprendente belleza en donde encontrar paz. Ha sido recientemente restaurado, con paredes llenas de frescos en colores pastel, embellecido por un jardín rodeado de columnatas, que conviven armoniosamente con la vegetación del lugar.

El Claustro Grande es una de las partes más importantes del Complejo de la Basílica de Santa Clara. Se trata de una planta cuadrada, adornada en sus lados con arquería gótica. Un jardín clasicista se ubica en el centro, fue hecho en 1742 por Domenico Antonio Vaccaro. El jardín tiene dos paseos en forma de cruz griega, que se conforma por setenta y dos pilares octogonales que están decorados con paneles de azulejos. Entre los pilares hay asientos que están recubiertos por paneles de azulejos mayólica, con decoraciones vegetales y con escenas que dibujaron Donato y Giuseppe Massa. Castel dell'Ovo. Es una ciudad fortificada que se levanta sobre un islote.

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