El testimonio de María Ángeles, vecina de Paiporta, es desolador. Más de medio año después de la dana está sola, no tiene familiares y sigue sin poder regresar a su casa. Así lo expresa a EL ESPAÑOL, conmocionada.
El pasado 29 de octubre perdió "todo" y "la única familia" que le quedaba. Su perra desapareció la fatídica tarde de la tragedia, no volvió a verla y pesa sobre ella la culpabilidad de no haberla podido rescatar.
"Al día siguiente de la dana estuve en estado de shock", relata la mujer. El agua alcanzó los 2,60 metros de su vivienda.
Esta vecina de 46 años es una de las personas que ha recurrido a la atención psicosocial que realiza Cruz Roja en Paiporta. Desde el inicio de la emergencia, la organización ha desarrollado hasta ahora 5.700 atenciones psicosociales desde que ocurrieron las inundaciones el pasado 29 de octubre.
Borja Guillén es psicólogo en Cruz Roja y el experto que realiza el seguimiento a María Ángeles. Desde su perspectiva, afirma que está en el proceso de superar el duelo.
A día de hoy, María Ángeles vive en casa de un compañero del trabajo. De hecho, se muestra agradecida por tener un lugar donde dormir hasta que pueda volver a reconstruir su hogar.
Aun así, siente frustración porque ve "mucha lentitud". "Quieres tirar hacia delante y no puedes. Esto se está convirtiendo en un círculo vicioso", expresa.
Esta vecina de Paiporta, además, ha cogido la baja. "Era mejor tomarme un tiempo porque no iba a rendir. En mi trabajo se necesita un grado de concentración que no tengo ahora", asevera.
"Lo que necesita es volver a su casa, porque ella tiene recuerdos de su perrita allí y lo asocia a ella, interviene el profesional.
Atención psicosocial
Por la parte que respecta a Cruz Roja, han estado "a pie de calle desde el primer momento", explica Guillén. Al principio, se dedicaban a realizar ventilación emocional. Después, se instalaron puntos fijos para personas que necesitasen ser atendidas.
El psicólogo de Cruz Roja explica que se montaron unas cabinas prefabricadas para atender a las personas mientras la sede de Paiporta se reconstruía.
Guillén explica que el vecino es quien solicita la ayuda. "Lo principal es acompañar a la persona, hablamos con ella, le explicamos lo que está pasando y la apoyamos. Si observamos que tiene un problema complejo, derivamos al paciente a un psicólogo público. Nosotros únicamente podemos dar pautas".