No es nuevo en la ciudad. El gastro bar ya ha hecho camino en dos de los mercados gastronómicos más sonados: el Mercado de la Imprenta y en Mercader Cabanyal. Pero ahora, toma un nuevo rumbo con su primer local propio.

Ubicado en un punto estratégico en el que busca diferenciarse del resto de opciones, apuesta por una zona universitaria: plaza Honduras. Pero su verdadero foco está en sorprender a los vecinos, pues definen su servicio como "un homenaje al buen vivir y al buen comer".

Aunque a Sibarita se le reconoce por servir la mejor croqueta de toda Valencia. La unidad sale a 2,5€ y está hecha de rabo de toro al Pedro Ximénez. Obtuvo el primer premio en la primera edición del Kroquetafest, un festival celebrado en la capital este abril y en el que competían diversos establecimientos. 

"Es la mejor. Tenemos un producto muy bueno. Pero nos ha llevado mucho curro. Son 11 años ya de mucha prueba y error", asegura a EL ESPAÑOL Miguel Álvarez, socio y chef de Sibarita.

De hecho, las croquetas, muy cremosas por dentro y crujientes por fuera, son uno de sus grandes éxitos. Las hay de jamón ibérico, cecina y parmesano, carrillera y setas y gambón rojo; además de la galardonada.

"Hemos sacado 20 tipos de croquetas y nos hemos quedado con ocho. Sabemos lo que gusta y lo que no, y a partir de ahí, hemos mejorado y lo hemos hecho mejor cada día. Y son "completamente caseras", asevera Álvarez, que señala que apuestan por "las cosas simples bien hechas".

Aunque nacieron con propósito de ser simplemente una croquetería, han evolucionado a lo largo del tiempo y las tortillas son otra de sus especialidades. Desde la clásica hasta las nuevas versiones, hay de carbonara italiana, trufa, sobrasada y blanc i negre, entre otras opciones disponibles.

También sirven raciones como las bravas Sibarita, los huevos rotos con jamón o la oreja a la plancha, novedades de esta temporada. 

De autor

Emprender en esta nueva aventura ha sido, para los propietarios, "poder desarrollar y lanzar nuevas propuestas". El nuevo espacio es amplio y con ritmos diferentes, lo que permite brindar una experiencia "más sibarita y distendida" a los clientes.

"Queríamos un sitio donde poder hacer lo que nos gusta, sin limitaciones. Teniendo el control absoluto de la calidad, el servicio y la experiencia", explica Iván Fernández, CEO de Sibarita.

El nuevo Sibarita se presenta como un espacio amplio en el que caben hasta 54 personas, incluyendo la sala y la terraza exterior. Fusiona el estilo industrial con toques cálidos, lo que permite crear un ambiente urbano y acogedor. Materiales como la madera resaltan la tradición artesanal de la cocina que practican.

"Un sitio donde sentirse a gusto, como en los bares de toda la vida, pero con un punto más cuidado", matiza Fernández. Por eso hay espacios más íntimos para disfrutar sin prisas y zonas dinámicas para compartir la propuesta gastronómica en grupo.