Un punto de partida de 150 millones de euros que el Valencia CF espera rebasar. Esta es la cantidad en la que fue tasado hace apenas un mes el suelo del viejo Mestalla en la Avenida Aragón de la capital del Turia, que cuenta con una edificabilidad de casi 100.000 metros cuadrados.
Según precisan a EL ESPAÑOL fuentes del sector inmobiliario, el mencionado importe es solo el mínimo que contemplan ingresar tanto el club como CBRE -la firma encargada desde este miércoles de vender la parcela-.
Gesvalt Sociedad de Tasación SA valoró el inmueble en 148,94 millones en una tasación que se encargó en realidad para aportar la parcela como garantía de cobro de los préstamos suscritos por el Valencia CF a través de Goldman Sachs, tal y como informó Tribuna Deportiva.
La cantidad, sin embargo, generó este miércoles un comentario unánime en el sector: el club puede sacar más al futuro comprador. La cifra sorprendió porque la última oferta conocida por el suelo fue de 140 millones de euros, y tuvo lugar hace seis años y medio.
Fue eso lo que pujó el proyecto cooperativo de ADU Mediterráneo, liderado por el empresario José Luis Santa Isabel, en abril de 2019. Entonces solo reconocieron que la puja superaba el valor contable del solar, cifrado en 113 millones.
Meses después reconocieron que la puja superaba este dato en 27 millones hasta alcanzar los 140, si bien nunca llegó a reunir el dinero en una operación que intentó justo antes de que estallara la pandemia de la Covid-19.
Más de un lustro después, con un mercado inmobiliario mucho más pujante en la ciudad de Valencia, se antoja extraño que el Valencia CF se conforme con tan solo diez millones de euros más respecto a lo que pedía en 2019.
Máxime al comparar el tipo de venta actual con la impulsada entonces. En 2019 el Valencia CF vendía el Mestalla a varios años vista. No pretendía reiniciar las obras del nuevo Mestalla hasta vender la parcela del viejo.
Ni que decir tiene que se trataba de unas condiciones disuasorias para una operación inmobiliaria de semejante volumen. Podían pasar más de cuatro años desde que el comprador comprometiera su dinero hasta que pudiera concluir la construcción en el mismo.
Era demasiado margen para la incertidumbre, de la que tanto huyen las inversiones inmobiliarias. Tanto fue así que solo pujó con brío un proyecto cooperativo como el de ADU, que intentó agrupar a 400 compradores particulares para que estos, juntos, desarrollaran la promoción.
En esta ocasión el panorama es bien distinto. El Valencia CF cuenta ya con la financiación necesaria para acabar su nuevo estadio, cuyas obras ya han sido retomadas. Su coste rebasará los 291,89 millones de euros, que es solo lo que deberá pagar el club, impuestos incluidos, a la constructora FCC.
El futuro comprador tiene ahora un horizonte temporal mucho más claro: poder disponer de la parcela a partir del verano de 2027.
El anuncio
El Valencia CF oficializó este miércoles que ha otorgado a la firma internacional de consultoría y servicios inmobiliarios CBRE el mandato de venta en exclusiva de los terrenos sobre los que se encuentra el viejo Mestalla.
La parcela cuenta con una superficie edificable de 97.225 metros cuadrados, según las cifras detalladas por ADU en 2019. Del total, 55.769 pueden ser destinados a vivienda -entonces fueron proyectadas cinco grandes torres- y otros 41.456 a los apartados terciario y comercial.
Cabe recordar que, fruto de una generosa recalificación municipal brindada por el Ayuntamiento de Valencia de Rita Barberá, al suelo del club se le otorgó una inusual edificabilidad comercial, permitida tanto en la planta baja como en los semisótanos.
Ello permite la creación en el lugar de una gran área comercial que dote aún de más valor a las viviendas, situadas en un entorno consolidado del casco urbano de Valencia. La zona cuenta ya con una gran demanda, y más tendrá todavía al tratarse de una gran obra nueva en un espacio emblemático como el del centenario campo de fútbol.
Según el club, "esta configuración ofrece un alto potencial de transformación y reposicionamiento, en línea con las tendencias actuales de multifuncionalidad de los espacios deportivos y regeneración urbana".
Tal y como han detallado a través de un comunicado, la operación estará liderada por la división de Sports de CBRE, línea de negocio que pone el foco en maximizar el valor de los activos deportivos y potenciar su impacto positivo en el entorno urbano y social, en estrecha coordinación con la oficina de CBRE en Valencia, donde la compañía está presente desde hace 25 años.
Además, aseguran que la colaboración entre la división de Sports y el equipo local "permitirá integrar el conocimiento especializado del sector deportivo con una comprensión detallada del mercado inmobiliario local".
El historial de CBRE incluye proyectos emblemáticos a nivel nacional, como la nueva ciudad deportiva Celta360 (RC Celta de Vigo), e internacional, como el Everton Stadium (Everton F.C.).
La empresa, con sede central en Dallas es la compañía de consultoría y servicios inmobiliarios "líder a nivel internacional" (según los ingresos del ejercicio 2024).
Los préstamos
El acuerdo con CBRE se suma a los ya suscritos con Goldman Sachs para reestructurar la deuda del club. El Valencia CF cerró el pasado mes de junio un préstamo con la entidad por valor de 322 millones de euros que sirve para reestructurar la deuda del club a largo plazo.
Según el club, está asegurada la financiación del nuevo estadio del Valencia, pendiente de terminar desde hace más de dos décadas y cuya inauguración está prevista para verano de 2027.
La financiación comprende dos tramos: una emisión de bonos a 28 años por 237 millones de euros y un préstamo a cinco años por 85 millones, este último previsto para ser reembolsado con los ingresos derivados de la venta del actual estadio de Mestalla.
Según detalló el club, esta estructura financiera permite "afrontar el proyecto sin comprometer la estabilidad económica ni la gestión deportiva e institucional del Valencia. La operación no implica recursos directos del club, y se basa en los ingresos futuros generados por el propio estadio, lo que reduce el riesgo y garantiza un modelo de amortización sostenible".
