Valencia

Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo. Esta es la herramienta que solicita la plantilla de Ford Almussafes al Gobierno de España para conservar mil empleos durante el valle productivo al que va a enfrentarse la factoría. Le acaban de asignar un coche híbrido, pero hasta 2026 no elevará su carga de trabajo. En concreto, la demanda viene de UGT, el sindicato mayoritario del comité de empresa.

Se trata de un instrumento excepcional, que debe ser aprobado por el Consejo de Ministros. Ya fue habilitado para auxiliar al sector de las agencias de viaje durante la pandemia, pero no ha sido desplegado hasta la fecha para sostener a ninguna industria. Además, no se dirige de forma expresa a compañías concretas, sino a sectores.

Es una suerte de expediente de regulación de empleo con ventajas añadidas para empresa y empleados. La fundamental, que no se consumen días de desempleo, como sí ocurre con los ERTE convencionales. Por ello representa un coste adicional para el Estado.

[Ford concretará en dos meses el volumen de fabricación del nuevo híbrido de Almussafes: hará un ERTE hasta entonces]

"El desarrollo reglamentario del Mecanismo RED contempla los beneficios en la cotización a la Seguridad Social para las empresas, así como las acciones formativas y el compromiso del mantenimiento del empleo al que van vinculadas dichas exenciones en la cotización", explicó el pasado verano el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social al aprobar su regulación vía decreto ley.

Existen dos modalidades. La primera, denominada 'cíclica' para "proporcionar a las empresas un marco estable ante una caída transitoria o cíclica de su demanda por causas macroeconómicas, para evitar despidos inmediatos al shock". Este no parece ser el contexto en el que encaje la situación de Ford, cuyo contratiempo tiene que ver con la organización productiva de la propia empresa.

La segunda modalidad es la 'sectorial', "mediante la cual las organizaciones sindicales y empresariales más representativas podrán solicitar la convocatoria", según agrega. En este caso, el escollo parece estar en que, al menos hasta la fecha, Ford Almussafes sería la única empresa del sector del automóvil que reclama la aplicación de este mecanismo.

UGT subrayó este miércoles que la decisión por parte de la dirección a nivel mundial de incorporar un nuevo vehículo a la gama europea producido en Almussafes "va a permitir tener márgenes suficientes para buscar las soluciones idóneas hasta la fecha del lanzamiento de dicho vehículo, que a día de hoy todavía está por concretar".

Sin embargo, para superar el largo lapso temporal hasta que este nuevo coche sea producido, "será del todo necesario implicar a las diferentes administraciones y gobiernos con el fin de activar el mecanismo RED llegado el momento", según subrayó el sindicato.

Según agregan a EL ESPAÑOL-Invertia, la intención del comité de empresa es solicitar su activación y sobrevivir hasta entonces con ERTE como los aplicados hasta ahora. Ford España rehusó a pronunciarse este miércoles sobre si se plantea solicitar al gobierno esta fórmula.

Vehículos producidos por Ford Almussafes. Efe / Kai Forsterling

Solucionar el valle productivo de los próximos años es el mayor reto al que se enfrenta Ford Almussafes a corto plazo. Según precisan a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del nuevo encargo recibido por Ford a Almussafes, la previsión más optimista es que el nuevo coche híbrido empiece a producirse en la planta española a partir del año 2026.

En consecuencia, transcurrirán al menos dos años hasta que el primer vehículo de este nuevo encargo salga por la puerta de la fábrica camino del mercado, y en este largo periodo la industria valenciana sufrirá un excedente de personal de más del 20% (cerca de mil de sus 4.800 trabajadores).

Esto se debe a que se trata de un coche "completamente nuevo", como precisó la multinacional. Es, en consecuencia, un coche que requiere todavía de un análisis de mercado para determinar qué demandan los consumidores, la elección, el diseño y la adecuación de las instalaciones valencianas para su producción.

El escenario es similar al de verano de 2022, cuando Ford eligió Almussafes para producir dos coches eléctricos que estaban por determinar y que, finalmente, ni siquiera ha optado todavía por producir debido al escaso tirón que tienen todavía los vehículos 100% eléctricos.

UGT fue quien solicitó a la compañía la adjudicación de un coche híbrido de transición para mantener la carga de trabajo mientras la firma norteamericana se decide a fabricar coches eléctricos.

Así ha ocurrido. Pero, además de ser inferior el nuevo encargo, de un solo coche, el escenario es más complicado que en 2022, cuando Ford Almussafes ensamblaba cinco coches (Kuga, Connect, Mondeo, S-Max y Galaxy) y había suficiente margen para hacer la transición a la nueva producción sin que se destruyera empleo.

Solo un coche

Con la gran excepción del Kuga, que es uno de los modelos más vendidos de Ford y que acaba de ser rediseñado para aguantar al menos otros tres años en los concesionarios, Ford Almussafes ha ido perdiendo todos los demás modelos. El último será la furgoneta Connect, que dejará de producirse por completo el próximo 17 de abril.

Cabe recordar que Ford Almussafes se encuentra actualmente con un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) activo que afecta a 700 empleados al día. Esta cifra se puede elevar hasta el millar con la marcha de la furgoneta Connect, aunque también se espera que se reduzca levemente cuando el nuevo Kuga se venda con más brío.

Por ello resultará imprescindible la planificación de un nuevo ERTE tras el temporal ahora anunciado de dos meses o, en un escenario más drástico, que se efectúen nuevos despidos. La opción de las salidas masivas se antoja más complicada por el elevado coste económico y social para una empresa que acordó un gran ERE de 1.124 empleados hace solo un año.