Valencia
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"Trabajar y gastar el dinero ganado en viajar". Esta fue la filosofía de vida de Amalia Ramírez, joven valenciana que dejó su vida en la ciudad para irse sola a la otra punta del mundo: Australia.

Esta decisión la tomó con 25 años. Ella trabajaba en una consultora, y en un momento de cambio profesional decidió irse a vivir al extranjero. "Era el momento, pensé que si no después sería demasiado tarde", asegura.

Su intención era viajar, ver mundo, pero para eso necesitaba dinero. Así, fue encadenando varios trabajos durante su año en Australia. Y lo consiguió: "Ganaba el mismo sueldo que en España, pero trabajaba la mitad de horas".

Amalia ya había acabado sus estudios de Administración y Dirección de Empresas y había tenido experiencia en el mundo laboral. Aprovechó que cambiaba de trabajo para no aceptar el nuevo contrato e irse a Australia.

Pero no se trata simplemente de coger la mochila e irse. La joven valenciana tuvo que aplicar al visado Work and Holiday de Australia, el documento que permite a las personas de fuera del país trabajar allí. Para conseguirlo, existen unos requisitos básicos: tener más de 18 años y menos de 30, 3.000 euros en el banco y un nivel mínimo de inglés.

Lo tuvo, y viajó a Australia "con un billete de ida y una reserva de dos semanas en un hostal". "Sabía que iba a trabajar en el mundo de la hostelería, restauración y turismo, no iba a tener puestos de trabajo exquisitos", confiesa.

"Mi madre se echaba las manos a la cabeza", asegura. Claro, había cambiado un trabajo asegurado en una oficina por contratos temporales. Pero para Amalia era mucho más, era "administrarse económicamente, viajar, conocer gente, mejorar el inglés...".

Así, Amalia cobraba aproximadamente 950 dólares australianos a la semana, lo que son 536 euros. Eso sí, en lugar de trabajar 40 horas semanales hacía 20.

Y sí, a pesar de que Australia sea un país caro, sobrevivir con el sueldo de Amalia es posible. "Todo depende de la ciudad y del barrio en el que vivas", asegura. Por ejemplo, ella pagaba 290 dólares australianos (164 euros) a la semana por un cuarto compartido con tres personas.

Explica cómo ella se movía por las ciudades más turísticas, que es donde "más trabajo había": "Yo jugaba con las épocas del año y estudiaba dónde se movía el turismo". Así, detalla cómo iba cambiando de ciudad mientras trabajaba y conocía a gente de todas partes del mundo.

Pero además de trabajar, Amalia partió hacia Australia con la premisa de gastarse el dinero que ganaba viajando. Así, consiguió recorrerse gran parte del país, viajar varias semanas en furgoneta, pasar la Nochevieja en el Sydney Harbour Bridge y otras tantas aventuras más.

Incluso logró visitar otros países como Tailandia, Malasia y Vietnam. "Estuve 18 días en Tailandia, 4 en Malasia, un mes en Vietnam y dos semanas entre Bali y Lombok", recuerda.

Así, Amalia vivió un año de nuevas experiencias que le permitió "crecer personalmente". Al volver a España tenía otro reto por delante: crecer profesionalmente. Así, decidió volverse a ir a la otra punta del mundo, esta vez a Perú.