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La indignación de las víctimas contra la gestión de la dana se hizo notar este miércoles en el funeral de Estado organizado por Moncloa en Valencia. El principal destinatario fue el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Pero también le fue trasladada al líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

Aunque el grueso del acto transcurrió con normalidad y respeto, fueron varios los momentos en los que los asistentes aprovecharon para cargar contra los máximos representantes de los Gobiernos autonómico y central.

Los improperios más duros fueron dirigidos hacia el primero. Estuvieron en línea con los que recibe cada semana. "Asesino", llegaron a llamarle. "Estabas con la periodista", le afearon sobre su comida en el restaurante El Ventorro con Maribel Vilaplana.

Algunos familiares pedían silencio por respeto a los fallecidos. Sin embargo, otros parecían estar esperando ese momento para desquitarse con el presidente valenciano, al que también llamaron "cobarde" o "rata".

Al término del funeral, algunos asistentes corearon por unos instantes "Mazón, dimisión", si bien la proclama no se prolongó en exceso.

Aunque en un grado inferior, los gritos recibidos por Sánchez fueron quizá más llamativos, al tratarse de un dirigente que no había estado tan expuesto desde la tragedia de hace un año.

Tras doce meses de visitas escasas y quirúrgicas a Valencia, familiares de los 237 muertos de España, de los cuales 229 perdieron la vida en Valencia, lo tenían a su alcance.

Al comienzo del acto, un familiar le equiparó a Mazón. "Ni el presidente del Gobierno ni el presidente de la Generalitat, sois todos cómplices", espetó. Ambos también fueron calificados como "traidores".

"Como un galgo"

Pero fue al término del mismo cuando recibió el ataque más duro. "Cobarde, saliste corriendo como un galgo", se escuchó con nitidez en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, donde tuvo lugar la ceremonia.

Sánchez sufrió así la célebre burla de Isabel Díaz Ayuso por su marcha en la accidentada visita a Paiporta del 3 de noviembre, cuando los vecinos, solo cinco días después de la catástrofe, atacaron con barro a la comitiva que encabezaban los reyes de España, que optaron por no retirarse. Mazón también aguantó aquel día el chaparrón.

Como ocurrió con los reproches a Mazón, los vertidos contra Sánchez también fueron contestados por otros familiares de víctimas. "Para protestar están las manifestaciones", les recriminaron.

El funeral sirvió para constatar que la herida en la zona devastada sigue muy abierta, más aún la de los familiares que perdieron a seres queridos.

La figura que sí fue respetada por completo fue la de los reyes Felipe VI y Letizia. El jefe del Estado, en su discurso, exigió un esfuerzo, precisamente a los políticos. "Pongamos todos de nuestra parte para evitar que se repita", dijo.