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Isabelín tiene 80 años, pero una vitalidad infinita. Es vecina de Paiporta y a pesar de su edad no dudó en prestar su ayuda tras la terrible catástrofe.

Después de lo ocurrido hace un año, lo único que le movía era poder aportar su granito de arena. Así se lo expresa a Carlos Alsina: "He nacido para servir". Este miércoles el equipo de Más de Uno se ha trasladado hasta este pueblo de la zona cero para dar voz a las historias de los vecinos damnificados en el primer aniversario de la tragedia.

La hija de Isabelín se encontraba en Chiva y no había manera de contactar con ella. En su persistencia, se dirigió hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias para subirse a uno de los autobuses de voluntarios que se movilizaron para ayudar en las labores de limpieza de las localidades afectadas.

"Pero si usted está para que la ayuden", escuchaba la mujer aquellos días. "¡Pero a qué santo! ¿Dónde están los que mandan?", respondió.

Uno de los responsables de la coordinación de los voluntarios indicó que llevaran a la señora al estadio de Mestalla, donde se había desplegado uno de los puntos de recogida de enseres y alimentos.

"Llegué al estadio de Mestalla y, allí, cogida a las verjas y llorando, pedía poder ayudar. Una joven del banco de alimentos me preguntó qué me pasaba y me dejó entrar. Me pongo allí inmediatamente. Había filas interminables de cuatro o cinco personas, todos cargados con cosas", relata, aún con emoción al recordarlo.

En un momento dado, aconsejó a unas jóvenes voluntarias que cogieran un pintalabios y escribieran en un papel de periódico los enseres que más se necesitaban: agua para los animales, compresas, pañales.

Isabelín se considera una persona "muy trabajadora" y afirma que en aquel momento subió "al poder". "Ayudé mucho", asevera.

Otro recuerdo que tiene es poder hablar con José Andrés, a quien le pidió álbumes para que los afectados pudieran restaurar sus fotografías. Sus sobrinas, que estudian en la Universitat Politècnica de València, le comentaron si podía trasladar al chef esta petición.

Y así cumplió con su deber Isabelín. El chef le respondió que él se ocupaba del suministro de comida, pero al día siguiente, consiguió los mil álbumes. "Se lo agradecí, y pues me he hecho famosa por culpa de ellas", ríe.

En este instante, un baño de aplausos inundan el auditorio en el que se encuentra con Alsina en Paiporta: "Soy la persona más feliz del mundo ayudando. Que no me aplaudan. Yo soy una más. Siento muchísimo esto que ha pasado", concluye.