Valencia
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Ser profesor no es siempre fácil. A ciertas edades, los alumnos muchas veces son difíciles de controlar, pero, además, en las condiciones en las que trabajan no siempre son las mejores para enseñar en los colegios, ya sea por el tiempo o por las aulas.

Para José Ramón, un profesor de secundaria en Valencia, hay una tendencia que crece cada vez más, que es que un número cada vez mayor de docentes piensan en abandonar la enseñanza.

"Cada vez se lee a más docentes agotados y pensando en dejarlo y la respuesta que se les ocurre a algunos aquí es "a ver si es verdad que lo dejan y así de paso 'limpiamos' el gremio", critica en redes sociales.

Sin embargo, el profesor valenciano no coincide en absoluto con esa afirmación, ya que los que sostienen esa opinión no entienden para nada cómo se encuentran los profesores y en qué condiciones trabajan.

"A lo mejor resulta que muchos de esos docentes quemados eran gente con ganas y motivación en sus inicios pero a los que el tiempo les ha ido haciendo quemarse", sostiene.

También replica a quienes opinan que lo mejor es que abandonen su posición como profesor, ya que afirma que "la salida de esos profesionales no implica, en absoluto, que los que vayan a llegar en su lugar sean mejores".

Es por ello que José Ramón cuestiona si los profesores que acceden con menos requisitos que los anteriores a las aulas van a mejorar a los docentes que ya están.

"Lo dudo mucho, la verdad. Quizá en algunos casos sí, porque de todo hay; pero lo habitual será que no".

Impacto psicológico

Por su parte, a principios de este mes de octubre, ANPE, el sindicato mayoritario del profesorado no universitario, advirtió sobre un problema cada vez más preocupante y, a menudo, poco visible: el deterioro de la salud mental del personal docente como consecuencia de sus condiciones laborales.

Según la organización, los riesgos psicosociales presentes en el entorno educativo están afectando de manera notable al bienestar psicológico, físico y emocional del profesorado.

A esta situación, se suma la creciente complejidad del contexto escolar, que está provocando un incremento de casos de estrés, ansiedad, síndrome del burnout (trabajador quemado) y otras afecciones relacionadas.

Ante este panorama, ANPE reclamó la puesta en marcha de planes integrales que mejoren las condiciones laborales del profesorado e incluyan medidas de prevención de riesgos psicosociales, protocolos de apoyo emocional y programas de formación en gestión del estrés y autocuidado.

Asimismo, el sindicato recordó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera la enseñanza una de las profesiones con mayor riesgo de estrés laboral, debido a la alta carga de trabajo, la gran responsabilidad educativa y los continuos desafíos que plantea la labor docente.