El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha realizado este martes un anuncio enmarcado en la llamada "batalla cultural": impulsar una reforma del Estatuto de Autonomía para cambiar el nombre de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL).
Durante el Debate de Política General que se celebra en Les Corts, el dirigente del PP ha querido lanzar un compromiso "ruidoso" por la polémica que generará y de la que él es consciente.
Así, ha señalado que su intención es que la AVL pase a llamarse Acadèmia de la Llengua Valenciana. Para ello es necesario cambiar la ley que rige esta entidad, blindada por el Estatuto. Y, por tanto, la citada reforma del Estatuto.
Se trata, sin embargo, de una iniciativa que nace abocada al fracaso, pues requiere de los votos de 66 diputados y, por tanto, de los apoyos de un partido de la oposición. Algo que se antoja, de entrada, prácticamente imposible.
No solo eso. El texto tendría que ser presentado como proposición de ley en el Congreso. Allí debería pasar por la Comisión Constitucional tras su toma en consideración por el pleno y luego ser aprobada.
Después de todo ese arduo proceso, habría de someterse a un referéndum con previa autorización del Gobierno central.
El nombre propuesto por Mazón no es aleatorio. La creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) en 1998 pacificó en su momento el conflicto lingüístico. Y se llamó así precisamente para calmar los ánimos.
La fórmula firmada por el expresidente Eduardo Zaplana tras sus negociaciones con la izquierda y con Pujol evitaba precisamente la expresión "de la Llengua Valenciana", algo que le reconocía entidad propia al valenciano, para lograr el consenso.
Sin embargo, más de 25 años después las cosas han cambiado. Y el PP se mueve en un escenario político en el que tiene que pactar con Vox, partido muy beligerante con la AVL.
El anuncio de Mazón aparenta ir dirigido a congraciarse con ellos ante la negociación de los Presupuestos de 2026 que viene por delante y que el presidente de la Generalitat quiere sacar.
Ley de Señas
Algo similar ocurre con otro de los anuncios del Debate de Política General: llevar a Les Corts una nueva ley de Señas de Identidad en el actual periodo de sesiones.
Esta norma era en realidad una promesa electoral del PP que ha dejado aparcada durante estos años, en los que cuestiones la dana han opacado cualquier gestión alternativa.
Aun así, la presión de Vox también contribuye ante esa necesidad de pactar presupuestos.
La ley de Señas ya fue aprobada en su momento por el Gobierno de Alberto Fabra para ser suprimida posteriormente por la izquierda. Ahora, los populares quieren rescatarla y deberán acordarla con Vox.
