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La Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de España, reconoce ahora que ninguno de sus Policías de Agua, los agentes responsables de vigilar barrancos, trabajó la fatídica tarde de la dana del 29 de octubre de 2024.

Así consta en un informe de la propia CHJ remitido a la comisión de investigación creada en Les Corts Valencianes sobre lo ocurrido aquella jornada en la que murieron 228 personas. El grueso, en la cuenca del Poyo tras una inmensa avenida de agua de la que nadie alertó a la población.

A la confederación se le había requerido la "remisión del listado de los agentes medioambientales que estuvieron en activo durante los días 28, 29, 30 y 31 de octubre del 2024, con detalle de las funciones que asumieron y de los horarios en los que estuvieron colaborando con la gestión de la emergencia de la dana y la riada".

La entidad, en primer lugar, expone en su respuesta que "el servicio de Policía de Aguas y Cauces Públicos de la CHJ cuenta con una plantilla total de 55 empleados, bien agentes medioambientales (AMA) bien guardas fluviales (GF), distribuidos por todo el ámbito geográfico de la demarcación".

"En general, cada agente tiene asignado un sector de territorio, donde ejerce sus competencias en materia de policía de aguas, que vienen establecidas en el artículo 94 del texto refundido de la Ley de Aguas (RDL 1/2001)", precisa.

Añade además que "existen cuatro zonas, que agrupan diferentes sectores, que cuentan con un jefe de zona y dos responsables de subzona".

A continuación, responde a la pregunta con el horario que realizó cada uno de los agentes que trabajó los días reseñados. En la misma, desglosada en la tabla que encabeza este artículo, destaca que el 29 de octubre ningún agente prolongó su actividad más allá de las 17:00 horas.

Las avenidas de agua se produjeron justo a continuación, cuando ya no había Policías de Agua sobre el terreno. La CHJ no informó de la grave avenida del Poyo hasta las 18:43 horas, vía email, tras constatar el aluvión en su medidor de Riba-roja.

"Los agentes CHJU0499 y CHJU7626 (jefe de zona y responsable de subzona, respectivamente) trabajaron de 8 a 17 horas, no solo durante los días 28, 29, 30 y 31 de octubre, sino también durante los días sucesivos, del 1 al 3 de noviembre", cuenta la CHJ.

A su vez, "el agente CHJU5312 (responsable de subzona) trabajó de 8 a 17 h los días 28 y 29 de octubre, ausentándose de su puesto de trabajo los días sucesivos por defunción de un familiar", añade.

Además, "el agente responsable del sector 64 se encontraba de baja médica". Y "en el caso del agente medioambiental CHJU1709, sufrió la pérdida del vehículo en el desempeño de sus funciones durante el día 29 de octubre en la zona de Utiel", agrega.

"El resto de Guardas y Agentes realizaron sus funciones mayoritariamente en horario de mañana, según el detalle de la tabla anterior", concluye.

¿Qué son?

La propia CHJ expone en el documento remitido a Les Corts a qué se dedica este cuerpo de trabajadores públicos -desconocido para el grueso de los ciudadanos- y a qué se dedicaron esos días.

"Las labores desarrolladas durante los días 28 y 29 de octubre de 2024 consistieron principalmente en la vigilancia del dominio público hidráulico y la atención de solicitudes de información por parte de las distintas unidades administrativas de la Confederación, para el seguimiento del episodio de avenidas del día 29 de octubre", precisa la entidad.

Añade que, "en los días posteriores, la labor principal consistió en la evaluación de daños al dominio público hidráulico y la atención y resolución de dudas a las personas, en la medida de lo posible, dado que los caminos y accesos estaban muy dañados y la disponibilidad de coches se vio comprometida".

"Estas labores se complementan con la elaboración de informes y la gestión de la información recogida en campo, que se realiza en oficina, o en este caso, en el domicilio, durante parte de la jornada laboral", concluye.

La relevancia de su labor queda de manifiesto en la comunicación que mantuvo Miguel Polo, presidente de la CHJ, con los mencionados empleados durante la jornada, en la que mantuvo 20 llamadas telefónicas sobre el estado de las cuencas.

Del desglose de las mismas, también adjunto en el informe, se desprende que solo una de ellas versó sobre el fatídico barranco del Poyo.

La mantuvo, precisamente, "con el AMA (agente medioambiental) responsable de la zona del bajo Turia para conocer la situación actualizada del río Turia y del barranco del Poyo". "No había nada significativo en esos momentos", recoge el escrito.

En efecto, la desgracia llegó después, cuando la Policía de Agua ya se había retirado de la que sería la 'zona cero' de la mayor catástrofe natural que ha tenido lugar en España en el presente siglo.