Valencia

La trama de los cadáveres revelada este lunes por la Policía Nacional hacía un doble y macabro negocio. Robaba cadáveres de las morgues falsificando documentación, los vendía a las universidades, y después volvía a cobrarles por la falsa incineración de los mismos. Este era el siniestro modus operandi de los estafadores que llegaron a facturar 5.040 euros a una universidad que no fue revelada por el cuerpo policial.

Este lunes, hasta tres universidades valencianas emitieron comunicados para informar sobre sus procedimientos para la compra y la incineración de los cadáveres empleados en sus facultades de Medicina. La Universitat de València y la Universitat Jaume I de Castellón aseguraron no haber pagado por la compra de un cadáver, sino por los gastos asociados a su traslado.

La Universidad CEU Cardenal Herrera, por su parte, indicó que colaboró con una investigación policial en enero del año pasado relativa a un cadáver que acababa de llegar a su facultad de Medicina. El mismo "presentaba irregularidades por parte de la funeraria" y parece ser el origen de la investigación policial.

[La Policía desarticula una trama que robaba y vendía cadáveres a universidades para su estudio]

El presunto entramado criminal relacionado con la venta de cadáveres falsificaba documentación para poder retirar ilegalmente los cuerpos de hospitales y residencias. Posteriormente, los vendía a universidades para su estudio por 1.200 euros cada cuerpo, según informó la Jefatura en un comunicado.

Llegaron a facturarlos mencionados 5.040 euros a una universidad por realizar 11 supuestas incineraciones después de las universidades los hubieran utilizado para la docencia y la investigación. Pero estas incineraciones no aparecían reflejadas en las facturas emitidas por ninguna de las incineradoras oficiales que operan en la ciudad.

Los investigados, según la Policía Nacional, aprovechaban la disección y desmembramiento de los cuerpos para introducirlos en los féretros de otros difuntos. Realizaban en una sola incineración la cremación de varios cadáveres, ahorrándose pagar por ellas y sacando notables beneficios con esta operativa.

La investigación comenzó a principios del 2023, al tener los agentes conocimiento de que se habría retirado el cadáver de un fallecido de la morgue de un hospital de manera irregular por parte de una funeraria, para lo que se habrían realizado falsificaciones en el libro registro del mismo, así como también en la documentación facilitada al Registro Civil. Este parece ser el caso reconocido por la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Tras numerosas pesquisas, los investigadores comprobaron cómo dos trabajadores de una funeraria, tras falsificar documentos, se habrían apoderado de un cuerpo que se encontraba en la morgue del hospital y lo habrían trasladado a una universidad para su estudio en vez de haberle dado sepultura.

Trabajador de una funeraria. EE

El fallecido debería de haber sido enterrado en su localidad de residencia en un sepelio de beneficencia abonado por el ayuntamiento de dicha localidad valenciana. Sin embargo, fue vendido para su estudio por casi 1.200 euros, sin que ningún familiar o amigo hubiera dado consentimiento.

Los agentes continuaron con la investigación y localizaron otro caso con el mismo 'modus operandi'. Esta vez el difunto se encontraba ingresado en una residencia geriátrica y, al parecer, habría sido el propio hombre, tres días antes de fallecer, quien habría supuestamente autorizado la donación de su cuerpo.

En este caso, los investigadores pudieron constatar que el hombre, poco antes de fallecer, tenía menoscabadas sus capacidades mentales, ya que sufría un deterioro cognitivo severo, lo que no le hubiera permitido entender lo que suponía la donación.

Además, dicha donación fue firmada para que el cadáver fuera remitido a una determinada facultad de medicina, siendo finalmente llevado a otra que pagaba más dinero por el mismo. Para ello, consiguieron mediante engaño que personal sanitario firmara el cambio de destino del cuerpo.

Los investigados buscaban fallecidos que no tuvieran familiares, preferiblemente extranjeros o que en vida hubieran tenido condiciones de vida precarias para realizar las irregularidades.

Protocolo "muy estricto"

La CEU Universidad Cardenal Herrera (UCH) afirmó este lunes que la institución sigue un protocolo "muy estricto" en la utilización de cadáveres procedentes de donaciones para uso docente e investigador.

En este sentido, explicó que colaboró con una investigación policial en enero de 2023 en relación con un cuerpo recién llegado a la Facultad de Ciencias de la Salud y que, según les trasladó la Policía, presentaba irregularidades por parte de la funeraria.

Según señaló la CEU UCH en un comunicado tras conocerse el caso, la institución recibe entre 10 y 15 cadáveres por año, que proceden de donaciones y únicamente sufraga a la funeraria "los gastos de traslado y cremación de los cuerpos, como es habitual en las universidades".

En este caso, a lo largo de una investigación policial, en enero de 2023 se les solicitó la entrega de la documentación relativa a un cadáver que acababa de llegar a la Facultad y que, según informó la Policía, "presentaba irregularidades por parte de la funeraria".

En este sentido, la CEU UCH explicó que "colaboró con la investigación y puso a disposición de la Policía toda la documentación de este caso y de todas las donaciones tramitadas con esta funeraria".

Otras dos universidaes valencianas, la Jaume I de Castellón (UJI) y la Universitat de València (UV), informó de que la Sala de Disección de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UJI solo trabaja con donaciones de cadáveres y que nunca se han adquirido cadáveres a través de un pago.