Los autónomos se enfrentarán desde el próximo mes de enero a la subida de sus cuotas mensuales. Puede que desde fuera pagar 283 euros en vez de 278 no suponga la muerte de nadie, pero con esos 64 euros anuales un autónomo de pura cepa hace maravillas. Y es que, seamos francos, esta raza de empresarios es, de lejos, la más ninguneada de todas.

Ya de por sí muchos llevan su propia contabilidad o se gastan la pasta en una gestoría, realizan labores comerciales y de representación, además de realizar las tareas propias de su trabajo y pagara religiosamente sus impuestos. No suelen tener vacaciones, no suelen ponerse enfermos ni hacerse millonarios. Ser autónomo es pringar lo más grande hasta que suene la flauta y el sueño de una nómina se haga realidad.

Sí, son sus propios jefes, qué emocionante... el primer mes. Cuando paguen su primera trimestral la emoción, si alguna vez existió realmente, se esfuma. Y no digamos si a ser autónomo se le suma ser joven, haber estudiado en los años de crisis y establecerte por tu cuenta porque no te queda otra si quieres ingresar unos euros.

La tuitera @MissLesslieDay ha hecho un análisis muy certero de la contínua tensión a la que están sometidos los autónomos que, como ella, están en la treintena, llegando incluso a sentirse culpables por gastarse unos euros en unas cañas:

Queridos Reyes Magos: Ojalá un día, no muy lejano, los autónomos paguen en función del dinero que facturan y no tengan que abonar una millonada para tener derecho a paro o a su jubilación.