Afganistán tiene una superficie total 655.230 kilómetros cuadrados, más que España, Francia o Italia. Y sin embargo, en todo el país, únicamente vive un cerdo. Khanzir es una de las principales atracciones del zoo de Kabul, la capital de un país islámico, donde no solo comer cerdo es pecado, ciertas ramas prohíben incluso tocarlo. Así es comprensible que no sea rentable para muchos ganaderos criar estos deliciosos animales, pero que solo quede uno.

Khanzir está tan solo que su nombre significa cerdo en pastún, principal idioma del país. A sus 16 años es todo un anciano -la esperanza de vida de un puerco es de entre 10 y 15 años- y pasa buena parte de sus días tumbado al sol y con la única compañía de sus cuidadores y visitantes. Pero no siempre estuvo solo.

Llegó al país en 2002, cuando China regaló al país una pareja de cerdos -macho y hembra- un par de oso pardos, dos leones, dos ciervos y un lobo. Como buena pareja, Khanzir y su compañera hicieron lo que se tiene que hacer y tuvieron tres crías. Fueron felices durante un tiempo, hasta que golpeó la tragedia.

Una mañana trágica

Sobra decir que en un país en guerra casi permanente desde que EEUU invadió en su búsqueda de Osama Bin Laden no es muy fácil encontrar cuidadores de zoológicos experimentados. Una mañana de 2006 uno de los trabajadores del zoo se dejó la puerta de los osos abierta, algo que no hace falta ser muy experimentado con animales para saber que no es una buena idea. Uno de los dos osos salió y se metió en el recinto de los animales.

El oso mató a los tres lechones antes de que los trabajadores pudieran intervenir. Khanzir salió ileso del incidente, no así su compañera que murió poco después debido a las heridas infringidas por el incómodo visitante. Desde entonces, Khanzir ha vivido solo. Su título, el último cerdo de Afganistán.

El día que quisieron sacrificar a Khanzir

Pero la vida de Khanzir estuvo a punto de llegar a un prematuro final en 2009, cuando una pandemia de gripe A, más conocida como la gripe porcina, azotó al mundo, dejando 18.000 muertos en todo el mundo. Las autoridades les preocupó que el solitario puerco pudiera ser una fuente de infección, planteándose sacrificarlo, algo que parte del público apoyó. Como si fuese una tragedia griega, tras nueve años asolados por la guerra, parte de los afganos miraron al último cerdo del país como la gran amenaza.

Por suerte, el último cerdo de Afganistán no está del todo solo. Sus cuidadores no iban a aceptar un final tan cruel para un ser inocente que lo único que hace es tumbarse al sol, dejando de lado que un único cerdo difícilmente puede dar comienzo a una epidemia. Para protegerlo, lo pusieron en cuarentena llevándolo a su recinto de invierno donde estaría a salvo de las iras del público. Allí pasó los días en completa soledad más allá de tres visitas al día de sus cuidadores.

Una de las estrellas del zoo

Pero más allá de este episodio, nunca ha habido oposición a la presencia de Khanzir no ha causado grandes problemas al zoo, todo lo contrario, es una de sus grandes atracciones. Buena parte de la población afgana nunca ha visto un animal así y es considerado una criatura completamente exótica. Tiene hasta su propia entrada en la Wikipedia.

Khanzir ya se mueve muy poco y está en sus últimos días, que pasa principalmente tumbado al sol y moviéndose únicamente cuando alguno de los cuidadores se le acerca. Mientras, los niños afganos le miran con la fascinación con la que nosotros miraríamos a un león.