Se llama Pearl Derriere, tiene 21 años, vive en Denver (Estados Unidos) y es poliamorosa. Es decir, tiene un par de parejas estables y relaciones abiertas con otras muchas. De hecho, no tiene ningún reparo en admitir que dejó de contar sus encuentros sexuales cuando se acostó con la persona número cien. Ahora, esta planificadora de eventos, está trabajando en una orgía de récord con mil asistentes, superando el precedente japonés que llegó al medio millar.

Eso sí, la condiciones para asistir son muy claras: llevarse a una persona conocida que nos pueda llevar a casa si nos encontrásemos mal, usar preservativos y dejar los móviles bien guardados. "La gente asume que las fiestas sexuales han surgido recientemente y la verdad es que siempre han existido, han estado ocultas pero a la vez frente a nosotros todo el tiempo", dice Pearl en declaraciones a Mirror.

La joven no quiere desvelar cuándo y dónde se va a celebrar esta orgía de masas, es un secreto muy bien guardado dentro de la comunidad de 'sexo positivo' a la que pertenece. Ella empezó a trabajar en la industria sexual en 2012, pero antes vendía seguros hasta que sus relaciones con compañeros y compañeras de la oficina empezó a ser un problema para sus jefes. Actualmente, Pearl sale con su novio Dan Patrick de 35 años y también tiene una novia, Tomi Tailey, de 30. A ambos les parece estupendo que tenga otras relaciones esporádicas en las orgías.

En orgías desde los 17

Perdió la virginidad con 16 años y al año siguiente ya estaba participando en su primera orgía. "Nunca podría imaginarme a la misma persona satisfaciendo todas mis necesidades físicas y emocionales el resto de mi vida", admite la joven, añadiendo que "puedo ir a una fiesta con Dan y dormir con alguien más, a veces incluso con un amigo que conozco, pero no le molesta, así es como funciona nuestra relación".

Pearl

Una "revolución sexual" controlada

Pearl se hace pruebas de enfermedades de transmisión sexual cada 6 meses y, por ahora, los resultados siempre han sido negativos. Sin embargo, no todas las personas que asisten a sus orgías tienen que estar sanas necesariamente porque, de hecho, no pueden exigirles nigún análisis para participar, así que el uso de condón es obligatorio.

Otra de las reglas es asistir con un amigo o compañero para que las personas estén controladas y no demasiado borrachas o excitadas. Así, si llegan a esos extremos, su conocido tendrá que hacerse cargo de ellos, sacarlos de allí y llevarlos a casa. "Que te graben también es una preocupación en las orgías, por eso no se permite a nadie con dispositivos de grabación o móviles. Necesitamos un ambiente de confianza para que se diviertan", explica Pearl.

La joven desea que la orgía masiva sea el inicio de una "revolución sexual positiva": "no estoy segura de lo que va a pasar, pero quiero formar parte de algo que considero histórico para nuestra comunidad, que casi siempre está oculta. Espero que el evento pueda cambiar eso y lideremos una revolución de sexo positivo".