El pánico del día antes es un gran clásico de la época de estudiante. Da igual si te has pasado semanas hincando el codo o si hayas procrastinado durante horas dibujando muñequitos en el borde de la página o que hayas decidido ponerte a subrayar para luego encender el piloto automático y marcar de amarillo absolutamente todo.

Maddi McMaster ha pasado por el trago de suspender cálculo dos veces y la idea de enfrentarse al tercer examen estaba a punto de quebrar su voluntad. “Mi asignatura más fuerte es definitivamente el inglés, por lo que solo Dios sabe por qué decidí estudiar una ingeniería en la carrera”, explica a Mashable. No es una estudiante modelo y suele dejarlo todo para última hora. El drama, en este caso, llegó cuando el amigo que le suele ayudar no estaba en el campus hasta tarde.

Tras 45 minutos mirando los problemas se dio cuenta se dio cuenta de que no iba a ser capaz de solucionarlo ella sola, por lo que recurrió a un plan B para encontrar ayuda con el estudio: Tinder.

Publicó una foto en la que se le ve con un cartel “necesito ayuda con el cálculo”, junto a una bio en la que explicaba que tenía examen el día siguiente “y no tengo ni idea de nada”. Explicaba donde estaba y pedía ayuda. “Solo dame match si eres bueno en las mates”. Aquí uno eliminado.

“No llegué a quedar con nadie” explica, “pero tuve muchos mensajes ofreciendo ayuda”. También lo tuiteó, haciéndose viral y acabó recibiendo incluso mensajes privados de Instagram ofreciendo ayuda. Todavía no sabe si ha aprobado o no, pero lo que sí parece que ha decidido cambiar de rumbo y pasarse a las artes liberales. “Ya me he apuntado a cursos de psicología que incluyen ciencia, pero una versión mucho más digerible”.

Para que luego en Forocoches digan que en Tinder solo hay desesperadas.