"Si no me ven, no es delito". Seguramente algo parecido a esto es lo que se le pasó por la cabeza al hombre detenido la pasada semana en Guadalajara después de haber hecho una maniobra de distracción digna de los mismísimos hermanos Marx. 

Los agentes de la Policía Local interceptaron a un vehículo que iba circulando de una forma extraña, pero lo que encontraron en su interior cuando fueron a inspeccionarlo fue bastante más surrealista de lo que podrían haberse imaginado. 

Ocurría el pasado miércoles en torno a las 21:30 horas en la calle Virgen del Amparo. Fue entonces cuando, al ver que le daban el alto, el conductor empezó a huir de la policía e incluso estuvo a punto de llevarse por delante a uno de los agentes. 

Borracho y armado

Cuando el coche se detuvo, en la calle Cándido Laso Escudero, la policía se acercó para comprobar que el conductor había bloqueado las puertas y ventanas, por lo que se vieron obligados a romper uno de los cristales para acceder a su interior. 

Al hacerlo, comprobaron que el hombre se había escondido en el maletero echándose una manta por encima para tratar de escaquearse porque, efectivamente, presentaba síntomas de haber consumido alcohol. 

Se negó a practicarse la prueba de alcoholemia y la policía lo detuvo como presunto autor de un delito contra la seguridad vial y por conducir bajo los efectos del alcohol. También se procedió a la retirada del vehículo, con matrícula búlgara, y se le intervinieron una navaja y un cúter.