La manada, los presos del prucés, la sentencia de la trama Gürtel, Urdangarin y la Infanta... en los últimos meses la justicia se ha convertido en uno de los principales temas de actualidad y a mucha gente no le han acabado de gustar ciertas decisiones, ya sea poner en libertad a los miembros de la manada o meter en la cárcel a Junqueras y compañía.

Esto ha hecho que turbas tuiteras alcen sus antorchas y sus azadas y escupan en las redes sociales sus opiniones, muchas veces desinformadas y manipuladas por intereses ajenos y deseos propios. Las redes sociales son una autopista para la desinformación, pero entre tanta confusión, a veces hay faros.

En Twitter, por suerte, además de todo este ruido, también podemos encontrar a una serie de jueces, abogados, procuradores, fiscales y catedráticos que tratan de poner un poco de orden en el caos tratando de explicar que lo que puede parecer incomprensible e indignante -como que Urdangarín eligiese el centro en el que ingresaba- es en realidad un derecho de cualquier preso.

"Diría que la mayoría de las veces el no convencido sigue no convencido, pero al menos, si lo sigue, suele ser con otros argumentos de los inicialmente utilizados, porque en el intercambio todos nos vemos obligados a replantearnos nuestras respectivas posiciones", explica Judge The Zipper, uno de estos jueces tuiteros. "También me he encontrado gente muy agradecida por explicar conceptos que no se tienen claro y a los que les ha venido bien para poder “leer” la prensa, no siempre fina en la utilización de figuras jurídicas". 

"Las reacciones pueden ser muy variopintas: desde el que me dice que no tengo ni idea, el que desprecia mi opinión porque no va en consonancia con lo que esa persona piensa", cuenta Lady Crocs, quien coincide en experiencias con Judge. "Hay quien desprecia mi propia profesionalidad o pone en entredicho mi imparcialidad o neutralidad... También los hay que agradecen la divulgación, la información o el intento de comunicar otra visión o perspectiva".

La Justicia en España tiene una mala imagen

No hace falta preguntar mucho para darse cuenta de que el ciudadano medio tiene una muy mala imagen de la Justicia. Hay quien dice que es heteropatriarcal, otros que el poder la controla para sus intereses -los que decían, por ejemplo, que Urdangarin no entraría a prisión (y antes de eso, que ni le procesarían)-. 

"Muchos nos ven como unos privilegiados que ganamos un pastón y decidimos los juicios lo que nos da la gana, basándonos en nuestras creencias personales. Además, al contrario que médicos, policías, bomberos... nuestros “clientes” se van descontentos en un 50% como mínimo, sino mucho más. Y los que se va contentos es porque “tenían razón” y claro, cómo no íbamos a dársela. Las últimas polémicas sentencias no han ayudado a mejorar esta imagen", nos dice Judge. "

Un problema de comunicación y de medios

De esa forma los medios de comunicación y los que se sirven de ellos tienen el campo sembrado" añade Crocs. "Los políticos no son una excepción con ese descontento y se expresan sin pudor sobre decisiones judiciales, lo que facilita que los coreen, tanto los que puedan ser partidarios de esos signos políticos como de los que ya estaban descontentos con el sistema judicial".

"La Justicia siempre hace hago mal, es inevitable que pueda equivocarse, cometer errores de bulto o hacerlo dolosamente mal" añade. "Sin embargo, no creo que la mala imagen que tiene asociada sea reflejo de lo que realmente es la Administración de Justicia en nuestro país. El presupuesto que existe para ésta es ridículo, los medios materiales y personales son tercermundistas, y aún así creo que está servida por fantásticos profesionales que se dejan la piel y cubren las deficiencias del sistema con sus propios medios".

Un problema para la democracia

La desconfianza hacia la Justicia no es únicamente un problema para la propia Justicia, lo es para la democracia. En este país hemos visto muy recientemente cómo una sentencia del poder judicial ha hecho que el poder legislativo tome la decisión de cesar al poder ejecutivo. Eso es una democracia funcionando debidamente. Si la imagen del primer engranaje del mecanismo se degrada, podríamos no volver a ver algo así.

"Podría solucionarse ese problema de imagen desde varias perspectivas: por un lado no alimentándolo. Si se hablara y comentaran las cuestiones judiciales con rigor y un buen conocimiento de cómo funcionan los juzgados y las resoluciones, tal vez se reduciría muchísimo la crispación que producen determinadas noticias relacionadas con la Justicia. Por otro, con un buen gabinete de comunicación del CGPJ que facilitara información relacionada con los órganos judiciales" apunta Lady Crocs.

Juristas con 280 caracteres

"Y sobre todo, un CGPJ que salga al paso para hacer lo que ahora, y con su silencio, ha obligado a hacer a las asociaciones judiciales y a algunos jueces tuiteros", dispara Judge. "Fíjate que Cristina Onega, directora del gabinete de prensa del CGPJ, ha salido de ahí hace poco para ser directora del canal 24 horas. Pues bien, el presidente del CGPJ le ha felicitado por su 'silenciosa' labor. En fin, con eso está todo dicho".

Pero de momento esta labor divulgativa queda en manos en un puñado de jueces, abogados, fiscales y juristas armados con un smartphone y una artillería de hilos. @natalia_velilla@ladycrocs @Lapelo1@JudgeTheZipper@miguelpasquau, @MayteVerdugo, @JUc3m, @Si_be_lius, @LuisamarGG ,@AngryJuez@LuisamarGG o @chemadepablo son solo algunos de ellos, que deberías seguir para entender mejor la realidad de la actualidad judicial.

"Creo que las redes sociales pueden estar haciendo ambas fuerzas: por un lado se oyen más voces discrepantes porque se ha producido una democratización del indignado, protestón-ofendido. Ahora mismo todo el mundo tiene la misma voz para hacerse oír", reflexiona Lady Crocs. " Tal vez sea mi fe ciega en la bonhomía o que soy una romántica, pero veo que las redes sociales cumplen una función muy positiva".