Andrew Wardle nació con extrofia vesical, una enfermedad rara que se presenta en 1 de cada 50.000 nacimientos, afectando el doble a hombres que a mujeres. Esta está causada por un fallo en el desarrollo fetal en el que la pared abdominal no cierra y deja la vejiga expuesta. En resumen, Andrew no tenía pene.

Hace unos años se enteró de que era posible que los médicos le pudieran reconstruir un pene biónico, una operación que cuesta cerca de 50.000€, pero hasta el pasado mes de junio no se decidió a pasar por el quirófano. 

Apareció en el programa This Morning, donde explicó que tras tantos años enterrando la idea de tener sexo en el fondo de su mente, lo más probable es que tuviera que ir a un psicólogo:

Andrew pasó diez horas en el quirófano para que le pusieran su nuevo miembro, para el que los médicos usaron piel y nervios de su brazo para recubrir el aparato. En esencia, es una especie de globo que va conectado a una mancha con solución salina con la que la tiene que inflar cada vez que lo requiera gracias a un botón que tiene en su ingle. Por cierto, lo ha descrito como "ridículamente grande".

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Tras la instalación, tuvo que andar 10 días con el aparato erecto, algo que a buen seguro tuvo que ser incómodo, y más si nunca había experimentado algo así. Y después, esperar seis semanas para tener sexo por primera vez.

Y por fin llegó el momento

Su novia, Fedra Fabian, de 28 años, organizó un viaje romántico a Amsterdam por mi cumpleaños, "aunque yo sentía mucha presión", explica Andriew. "Debía probar la función cada mañana y cada noche, y dejarla erecta durante 20 minutos. Así que una mañana, antes de salir... simplemente pasó. Fue bonito y natural, como quería que fuese". "Fue una celebración de nuestro amor", explica Fedra. "Su pene parece normal, solo que funciona un poco diferente. Es fantastico, no nos tenemos que preocupar por la viagra o por hacerse viejo... ¡y lo puede hacer borracho!".

Fue una sesión de 30 minutos que abre un nuevo mundo para Andrew. Y es que no solo puede tener sexo y sentir placer, sino que el aparato está conectado a sus testículos, lo que abre la puerta a tener hijos. "Lo ideal sería dos, pero no tenemos prisa".