Las redes sociales son crueles. O mejor dicho, algunas personas -normalmente escondidas tras un pseudónimo- son crueles y, además, unos pesados. Basta con que vean una aparente debilidad para que se pasen todo el día dándote la matraca. Eso le ha ocurrido a Guillermo Rodríguez Godínez, más conocido como Arkano, ha tenido que soportar durante mucho tiempo la insistencia de gente que le decía que saliera del armario, como si conocieran su sexualidad mejor que él y como si tuvieran el más mínimo derecho a opinar sobre lo abierto que debe ser sobre ella.

Así, hace poco menos de un año, lanzó el siguiente tuit:

Aquel tuit no tuvo mayor historia... hasta que hace unos días lo rescató:

Y en esta ocasión captó la atención del community manager de Ikea, que muy hábilmente retó al que, con 15 años, fuera campeón de España de freestyle a una rima aparentemente imposible. Lo que no esperaban era la respuesta que recibieron (o quizá sí):

La cosa no quedó ahí, y hace unos días Arkano anunció que ya estaba en plena tarea de rimar el impronunciable catálogo sueco:

¿Y las pruebas? Ikea nos pone los dientes un poquito largos:

Es posible que todo esté preparado desde el principio, pero da igual

Lo cierto es que toda la campaña huele a algo preparado desde el principio, si bien es verdad y hay precedentes de marcas que se prestan a hacer algo así, improvisando desde las redes sociales este tipo de campañas. Sin embargo, sí que sorprende la velocidad con la que desde Ikea aceptaron amueblar el centro, apenas seis minutos, sin tener ni idea siquiera de el coste que ello podría suponer. Además, el inicio de la conversación parece todo muy conveniente, desde el tuit recuperado, hasta la broma de la rima de Ektorp. Incluso nos enseñan un "trailer" de lo que será el vídeo final de la (creemos) campaña.

Sea como sea, lo cierto es que es un gran ejemplo de cómo usar las redes sociales para realizar una campaña. No vale con hacer un vídeo y ya, o hacer un tuit gracioso. Las redes sociales son medios bidireccionales y lo que funcionan son las historias. Eso es lo que ha entendido Ikea a la perfección, y eso es lo que ha creado: una historia. Una historia divertida, una historia que denuncia la homofobia y, además, donde se apuntan el tanto solidario de amueblar el centro educativo.

Y, además, lo de ver rimar el catálogo de Ikea no puede tener desperdicio.