Lo que se presentaba como un feliz y tranquilo día de playa ha acabado convirtiéndose en una pesadilla para el protagonista de nuestra siguiente historia. Este hombre acudió el pasado sábado 1 de septiembre a la playa de Sanya, en la provincia china de Hainan y terminó teniendo que ser evacuado por los servicios médicos. 

Estaba nadando plácidamente en el mar cuando una mantarraya enganchó su cola, provista de una especie de aguijón, en sus genitales. El hombre regresó como pudo a la arena, arrastrándose, con el animal colgando, y congregando a una multitud a su alrededor que enseguida alertó a los equipos de emergencia. 

Con decenas de móviles captando la escena, el vídeo del turista con la raya enganchada hasta que llegan los profesionales a ayudarle se ha hecho viral. El problema surgió cuando sus rescatadores no tenía el equipo adecuado y tuvieron que improvisar para quitarle la cola espinosa del animal de su pene:

Una vez que le sacaron de encima la raya, el hombre fue trasladado al hospital para que se le realizase un reconocimiento. Su amiga acuática, sin embargo, no corrió la misma suerte y murió en la arena de la playa. 

Un ataque que puede ser mortal

En octubre de 2016 trascendió la noticia de la muerte de un buzo profesional a causa del ataque de una mantarraya en Singapur. Phillip Chan era trabajador del acuario Underwater World Singapore y el animal le picó mortalmente con su cola. 

Los ataques de estos animales son casos aislados, puesto que los expertos aseguran que no son agresivos. Sin embargo, pueden sentirse intimidados cuando invaden su espacio y los provocan, haciéndolos reaccionar violentamente.

Las rayas tienen una especie de radar en la base de la cola que emite una descarga de unos cinco voltios que le permite ubicar las posibles amenazas. Su aguijón suelta además una toxina venenosa que penetra en la piel y causa espasmos, parálisis y dolor. Si la víctima tiene la mala suerte de ser golpeada en el pecho, puede incluso provocarle un paro cardíaco.