A todo el mundo nos gusta una buena catedral. Construcciones sólidas, espectaculares y a prueba del paso del tiempo. Eso sí, de vez en cuando necesitan una ayudita, un poco de cirugía para que el paso de los años no sea tan evidente.

Y de vez en cuando, los encargados de estas restauraciones deciden que, en vez de dejarlo todo tal cual estaba, ellos pueden poner su granito de arena. Esto ocurre cuando no se realizan simples retoques, sino grandes reformas que acaban por alterar la obra original -ya sea por imposibilidad de dejarla tal cual o por desconocimiento de cómo era en su origen-. 

Pero cuidado, no te lances a los comentarios para rajar de los autores de estas gamberradas, porque cumplen una función útil y más importante de lo que pueda parecer. Al introducir estos anacronismos, como teléfonos móviles o personajes de películas, se está enviando un mensaje a los investigadores del futuro que, al loro, que no la tengan mucho en cuenta al estudiar el periodo original del edificio porque ha sufrido grandes alteraciones.

Nacho Navarro, colaborador de Cuarto Milenio y de EsRadio, ha querido realizar recopilatorio de los más destacados, empezando por el famosísimo astronauta de la Catedral de Salamanca, pero hay muchos más distribuidos por todo el mundo:

Y en las respuestas pudimos ver algún ejemplo más, como este ángel que está hablando por teléfono:

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