Donde se ponga un vídeo de un gatete haciendo cualquier gracieta que se quite todo lo demás. Podríamos pasarnos días viendo las reacciones de los felinos ante las escenas más inverosímiles que les propiciamos los humanos o, en ocasiones, también ellos mismos. 

Una caja de cartón vacía, una pelusa que se desliza por el suelo movida por una corriente de aire o un espejo. ¿Qué piensan los gatos cuando se ven reflejados? La ciencia lo ha estudiado para determinar la autoconsciencia de los animales. La prueba del espejo de Gordon Gallup Jr. es una de las experiencias más conocidas. 

Intenta explicar que los felinos, como los perros o los humanos de menos de 18 meses, no son capaces de comprender que es su propia imagen. Otras pruebas sí han arrojado indicios de que tienen esa capacidad después de realizar una secuencia de actos: intentan establecer un contacto directo, miran detrás del espejo y después posan examinándose. 

Hay cientos de vídeos de gatetes ejerciendo de supermodelos:

Pero uno de ellos ha llamado especialmente la atención en los últimos días por su increíble e inesperado final, que pone los pelos de punta:

Obviamente se trata de un montaje (muy logrado, por cierto), pero lo cierto es que ese entrañable gato que parece enamorarse de sí mismo hasta darse incluso un beso, podría ser la mascota del mismísimo Peter Pan. ¿Habrá estado alguna vez en Nunca Jamás?