La literatura nos ha dejado demasiados versos de muertes y mares, de espectativas y recuerdos que saben a salitre. También la música ha contribuido a ello, dibujando la orilla como un lugar propicio para la esperanza, como si un buque pudiera devolvernos todo lo que hemos perdido. La historia que nos ocupa hoy bien podría estar sacada de una novela o un disco, pero es tan real como la vida misma.

El escenario es Gaeta, un puerto en la costa occidental de Italia, provincia de Latina y región del Lazio. Allí, un misterioso hombre acude a diario al paseo marítimo con una fotografía enmarcada en sus manos y se sienta mirando al mar mientras, en algunas ocasiones, no puede evitar el llanto. 

Su extraña rutina ha llamado la atención del propietario de uno de los restaurantes de la zona, el Antica Pizzería Ciro. Su dueño, Giorgio Moffa, ha querido indagar sobre la historia que había detrás del gesto de este hombre que acudía allí con la foto todas las mañanas y compartió la imagen en Facebook:

"Un gran amor"

Giorgio Moffa escribió que "hace días que viene, no conozco a esta persona espléndida. Solo sé que el suyo ha sido seguramente un gran amor. Le he visto llorar y creo que ya no nacen hombres así. Un abrazo fuerte, querido amigo, eres un gran hombre".

Según la información recogida por La Repubblica, el dueño de la pizzería decidió preguntarle directamente al hombre para conocer la historia detrás de la imagen, que ya se había hecho viral desde su red social, y la respuesta fue la esperada: la foto es de su mujer fallecida hace años, a la que no está dispuesto a olvidar. 

Otros medios locales han precisado todavía más, asegurando que el hombre es Giuseppe Giordano, un jubilado de 70 años con tres hijos que perdió a su esposa hace siete años a causa de una enfermedad y "no puede estar sin ella, por eso lleva esa imagen enmarcada a todos los sitios, la mantiene apretada, como la cosa más preciosa".