En Estados Unidos hay dos estatuas de la Libertad. La original, la histórica, es naturalmente la de Nueva York, pero también existe una famosa réplica en un casino de Las Vegas, en el estado de Nevada. Más de 4.000 kilómetros separan a ambas, pero además hay otros rasgos que las diferencian sutilmente, así que aunque las probabilidades de confundirlas estéticamente son altas, no deberían de serlo para un organismo oficial. Pero ha pasado y les ha salido caro.

El servicio postal de EE.UU. tendrá que abonar 3,5 millones de dólares por infringir los derechos de autor después de usar la estatua de Las Vegas en vez de la original al editar un sello que lanzaron al mercado en 2010. Así, la obra que Robert Davidson finalizó en 1996 fue la que ilustró la estampilla y no la otra.

Una réplica más sexy

El escultor se querelló por ello en 2013, alegando que su obra posee modificaciones en los ojos, los labios y los párpados con respecto a la original, y añadiendo que quiso hacer una réplica "más sexy" y que, por lo tanto, son "inconfundibles", recoge la BBC.

La copia de la Estatua de la Libertad que está en el New York-New York Hotel & Casino de Las Vegas

 

"Necesitaba algo un poco más moderno, un poco más contemporáneo, definitivamente más femenino" para lograr ser "más apropiado para Las Vegas", explicaba. Ahora, esas sutiles diferencias, han hecho que el juez federal Eric Bruggink haya sentenciado el pasado 29 de junio que Davidson tenía derecho a una parte de las ganancias del sello.

Hasta que se retiró en 2014 se vendieron unos 4.900 millones de sellos con la imagen de la réplica, de modo que el servicio postal -que todavía no ha hecho declaraciones-, se ha embolsados unos 70 millones de dólares, según los documentos judiciales. 

Los mismos escritos recogen que "el Gobierno señala que el servicio postal no notó la diferencia entre las dos caras hasta que se le notificó, meses después de producir muchos millones de sellos", apuntando que "esto no tiene sentido".

Tres años haciendo caso omiso

El Tribunal también subrayó en su sentencia que la estampilla se hizo basándose "completamente el trabajo original aportado por Davidson" mientras desde el servicio postal no ofrecieron "ni atribución pública ni una disculpa".

Además, añaden, se enteraron en 2011 del uso indebido de la imagen pero continuaron tres años más vendiendo los sellos. Según un miembro del Congreso cuyas declaraciones recoge el mismo medio, el servicio postal admitió "que debería haber atribuido correctamente la imagen al señor Davidson y que se habían establecido nuevos procedimientos para evitar errores similares en el futuro".

The Washington Post ha recordado que no es la primera vez que sucede algo parecido. Ya en 2015 tuvieron que pagar 540.000 dólares por plagiar a un artista de Nueva Inglaterra, Frank Gaylor, uno de sus trabajos sobre la Guerra de Corea, con el que también editaron un sello.