Un prometedor domingo de sol en pleno mes de mayo y tú ya habías empezado a idear una comilona con los colegas para darle la bienvenida (ahora sí) a la primavera y disfrutar al aire libre. Escribes en el grupo de WhatsApp el planazo y, ¡oh sorpresa!, nadie secunda tu idea porque "tía, es el Día de la Madre".

Y, claro, lo entiendes, pero tú, como ya no puedes disfrutar de ella ni este ni ningún otro día del año, te habías olvidado por completo. Es ahí cuando tomas conciencia. Cuando solamente ves publicidad enfocada a que le compres algo a tu "mami" en su día porque "se lo merece todo". Es entonces cuando empiezas a jurar en arameo pero interiormente, no vayas a herir sensibilidades. 

Pero, oye, que ya va siendo hora de que salgamos del armario. Que sí, que un día como el de hoy que es un invento comercial y blablabla no tendría por qué afectarte, pero por ratos lo consigue, y no estás solo (ni sola). Así que vamos a tomárnoslo con humor colectivo porque las penas, compartidas, son menos y no queremos más dramas en nuestra vida.

Ventajas

Sí, ventajas, porque también hay cosas positivas de no tener a tu madre cerca en días como hoy. ¿Cuáles? Pues de primeras esta: te ahorras el regalo. Vale, materialismo puro y duro, pero sabes que acabarías gastándote una pasta en una colonia o, peor, habrías estado un mes comiéndote la cabeza para ver qué le regalabas. Ese tampoco va a ser un problema.

Además, por si fuera poco, te ahorras también la comida familiar (cuñados mediante) que parece siempre que va a ser guay, pero acaba siendo un completo tostón y una prueba de fuego para tu paciencia. Adiós.

Cómo combatirlo

Lo mejor es aislarse y no tocar las redes sociales. Si entras, te encontrarás lo inevitable: cientos de fotos de gente felicitando a su madre, "la mejor del mundo", como no podía ser de otra manera, porque todas las madres son las mejores del mundo si ejercen como tal. En el caso de que no puedas evitarlo, no seas hater, y reparte corazones por las publicaciones, que no se note que te están rechinando los dientes.

Si estás muy de subidón tampoco será malo que pongas tu propia foto y un recordatorio o ¿qué pasa? Que tu madre haya fallecido no quiere decir que haya desaparecido del mapa, ¿o no? Además, las reacciones y los comentarios de tus amigos siempre molan.

No te quedes en casa y haz vida social. Sal a la calle, que te dé el sol. Queda con los amigos que, como tú, tampoco tienen compromisos familiares hoy. Seguro que hay un madangueo programado cerca de donde vives que te haga más llevadero el día. Ah, y recuerda que, estas cosas, con humor negro se llevan mejor:

Pero si aun así nada es suficiente, siéntate un rato a recordarla, pero no en negativo. No repases esos últimos momentos ni te metas en un bucle de destrucción, haz inventario de todos esos ratos memorables en los que te sacó una sonrisa (o la zapatilla). Quizás este monólogo del cómico Luis Piedrahita pueda echarte un cable:

Además, ya queda menos para que acabe el día y mañana el lunes. En tu mano está. Y que no se te olvide: qué vivan las madres, las mejores del mundo, aquí en la tierra como en el cielo.