Las pesadillas recurrentes suelen estar fomentadas por el cine y las historias de terror. Le tenemos pánico a los cementerios, a las sombras que crean las farolas a medianoche, a las muñecas de porcelana... No falla: basta que veamos un icono de la ficción terrorífica para que nos deje intranquilos mientras el objeto permanezca cerca nuestro. Y claro, resulta muy sencillo crear una historia con esos elementos porque, como suelen ser universales, son pocas las personas a las que no les da, como mínimo, cierto respeto.

Ponte en situación: ¿te dan miedo las muñecas clásicas de porcelana? Poseen un aspecto impávido e infantil que permanece inalterado para siempre, como si el espíritu de los niños se hubiese convertido en fría loza y aguardase una distracción para apoderarse de nuestras almas. Y de nuestros cuerpos, como ocurre con el siguiente hilo de Twitter.

Thomasero se le ocurrió hacer un Manuel Bartual escenificando un típico sketch en distintas capturas de WhatsApp. El resultado acaparó la atención de miles de personas; convirtiéndose en viral con más de 14 000 retweets hasta la fecha de escribir este artículo. El comienzo es tan intrigante que no invita a seguir leyendo, casi obliga. 

Tenemos dos personajes principales: un tal Marce y Amy, la chica a la que le sucede la historia. Fíjate en el avatar de ella: que Thomasero haya escogido una imagen sensual no es ninguna casualidad.

La chica tiene miedo por unas muñecas que, aparentemente, están vivas. No podríamos culparla porque, tal y como se aprecia en las fotos, pasar una noche en esa habitación tiene pinta de ser más agradable que pernoctar en el motel de Norman Bates.

¿Y qué pasó con el perro? Golpe de efecto.

Marce no sabe cómo ayudar a su desesperada amiga. Se hace el preocupado mientras se ofrece para lo que sea.

Y aquí llega el desenlace de la historia. Como habrás imaginado, es falsa e inventada, aunque no es ajena al modo de actuar de muchos hombres. Cualquier cosa vale por acostarse con una mujer, incluso asustarla hasta el borde de la histeria.

Es un típico sketch machista en el que todo vale para hacer humor, incluso dejar entrever que a las mujeres se les puede engañar con el único fin de llevarlas a la cama. Puede que haga gracia, pero lo que más llama la atención es el inmenso número de retweets y me gusta que posee la historia. También acumula multitud de comentarios negativos justo por la reprochable intencionalidad de violación. Algo que no debería tomarse a broma.

Además, al parecer el autor del hilo plagió la historia de Mauro Croche, quien ya está tomando medidas legales contra el tuitero.