La serie Narcos acercó la figura del traficante Pablo Escobar al gran público y desde entonces se ha despertado una cierta admiración hacia su figura, obviando a veces que se trató de un criminal que provocó más de 600 atentados y fue el responsable de casi un millar de muertes.

El mayor narcotraficante del que se tiene constancia hizo de la cocaína un gran negocio que le llegó a reportar cientos de millones de euros a la semana. Su clan controlaba la producción, el almacenamiento y la exportación de la droga, sin dejar ningún cabo suelto.

Burlar la vigilancia

Sus métodos de distribución fueron de lo más variado, desde sobornos a las compañías aéreas hasta fletar barcos o los llamados 'mulas' -personas que llevaban encima cierta cantidad de sustancias en sus viajes-, pero también llegó a adquirir varios submarinos.

El propósito de Escobar era pasar desapercibido en una época en la que tenía a toda la Policía del continente tras su pista. Así, usaba los batiscafos para transportar la cocaína desde Colombia hasta Costa Rica y, desde allí, distribuirla a EE.UU. por tierra.

Una de las cajas encontradas en el submarino de Escobar

Un tesoro oculto

Después de morir en 1993 y, sobre todo, gracias a la popularidad que adquirió su persona tras la serie de Netflix, las leyendas que rondan la vida de Escobar se han multiplicado.

Una de ellas es, precisamente, que el narco habría dejado oculta una fortuna de unos 70 millones de euros que todavía hoy no se ha encontrado.

Ahora, dos exagentes de la CIA y el programa de Discovery TV Finding Escobar's Millions se han propuesto dar con ella empezando sus indagaciones, precisamente, por el fondo del mar.

La tormenta perfecta

Doug Lax y Ben Smith son los dos exmiembros de la CIA que lideran la expedición que ha dado con uno de los submarinos de Escobar, en la costa colombiana, como recoge el vídeo publicado a comienzos del pasado diciembre.

La creencia es que llevaba años fondeado en esas mismas aguas sin ser visto, pero una tormenta reciente en el lugar habría desplazado la arena que lo cubría dejándolo más accesible.