Hay gente que tiene un sentido del humor muy peculiar, de esos que son capaces de mirar a los ojos a la muerte y luego proceder a partirse la caja. Phedre Fitton claramente pertenecía a esta especie.

En noviembre 2013, cuando tenía 69 años, la mujer perdió la batalla con el cáncer después de 5 años de lucha. Una de sus últimas voluntades fue que su marido Nigel -a quien conocía desde que tenía 16 años- se ocupase de cuidar la casa que tenían en Johannesburgo, Sudáfrica. Puso especial énfasis en las plantas del baño, unos helechos. Una orden que, años después, se ha descubierto tenía bastante sorna.

"Antes de morir mi madre, le dio a mi padre estrictas instrucciones de que no olvidara regar las plantas del baño. El obedeció religiosamente, regándolas y manteniéndolas vivas. Estaban tan bonitas que decidió llevárselas a su casa nueva... ¡solo para descubrir que eran de plástico! Puedo oír a mi madre riéndose".

Lejos de molestarse, Nigel incluso recreó la escena para que su hija -la autora de los tuits- pudiera publicar una imagen:

"Cuando publiqué esto pensaba que solo lo verían unas 10 personas. Mi padre acababa de salir del hospital tras una operación, así que subí una foto aleatoria para ilustrar la historia. Aquí una foto de mi padre haciendo ver que riega las plantas, ahora que está mejor y puede levantarse".

Y es que uno nunca sabe cuándo le va a alcanzar la fama viral:

"Mi pobre padre ha salido del hospital, sin poder andar ni conducir durante un mes ¡solo para verse en todas las plataformas sociales del mundo! Un gran shock para él".

Nicole también ha publicado más fotos de sus padres, como esta acompañada por un dibujo de su hija en la que había dibujado a "su abuelo travieso" dando un susto a su abuela. Ambos recrearon la escena en una foto y se la enviaron. "Esto resume cómo eran antes de que mi madre perdiera la batalla contra el cáncer en 2013".

Una cosa está clara, el abuelo podía darle muchos sustos, pero la victoria final fue de ella.

Eso sí, después de la viralización, su padre ha recibido unos helechos de verdad, cortesía de una tienda de plantas a quienes les ha gustado mucho el sentido del humor de su mujer.