Te guste o no el fútbol, un Real Madrid-Barça puede ser una experiencia difícil de asimilar. Si no te gusta, la turra que dan los futboleros con una panda de millonarios dando patadas a un trozo de cuero puede ser simple y llanamente insoportable. Es entrar en Twitter y encontrarte con un muro mensajes que van desde el descerebrado que insulta al árbitro con sus faltas de ortografía a individuos que tratan de intelectualizar el fútbol con tuits pseudoliterarios con los que tratan de autoconvencerse de que no están presenciando una completa estupidez.

Si te gusta el fútbol y eres del Barça o del Madrid el escenario es casi peor. Sufrimiento, sudores, nervios y el pulsómetro más pasado de rosca que Silvia Charro y Simón Pérez. Un estrés que te hace plantearte cuestiones filosóficas como qué carajos te importa que ganen o pierdan. Si a ellos no les va la vida –que no es mala- mucho menos a ti que en vez de cobrar pagas por verlo. “Hoy esto se acaba, no más fútbol”, te prometes. Pero imposible, ya has probado el veneno y te tiene atrapado de por vida.

Si eres de los que sufre del corazón y, como Joan Gaspart, no puede ver ciertos partidos de fútbol, un clásico era un momento ideal para ir al teatro o al cine. Pero claro, esta vez con esto de adaptar los horarios para que los chinos puedan ver el fútbol mejor que tú y ponerlo a mediodía te han abortado el plan B de toda la vida. Y claro, lo de irse al bar a tomarse un vermut no es buena idea si quieres huir del fútbol.

Ve a comprar regalos de Navidad

Hay pocos lugares que puedan generar más pánico e inquietud en el imaginario colectivo que El Corte Inglés un sábado al mediodía del día antes de Navidad. Si existe un lugar en la tierra en el que puedes aislarte de lo que ocurre en el mundo futbolero es ahí. No hay ventanas, únicamente pasillos interminables llenos de cosas para comprar que llamarán tu atención. Y seguro que tardas más de 90 minutos en encontrar la escalera que baja. 

Ve a misa

Acabarás rezando para que gane tu equipo y la idea de todo esto era olvidarte del fútbol, así que mejor pensemos otra cosa.

Ayuda a tu suegra a preparar los langostinos

Es Navidad y hay que echar un guante para organizar las comidas y cenas. Es un buen momento para ganar puntos ante la bruja de tu suegra. Puedes acercarte a su casa y hacerte el simpático, el responsable y echarle un cable con la preparación de todos los ágapes que están por venir. Además, es posible que su agudo e irritante tono de voz afecte tu córtex frontal y haga que durante ese rato el fútbol te importe tres pimientos. Pero cuidado, puede crear adicción. 

Duerme

¿Hace cuánto tiempo que no alargas la noche hasta el punto de tener que dormir hasta el medio día? Bueno, tal vez si eres Silvia Charro igual fue ayer mismo.

Ordena la carpeta Descargas

Una carpeta que en realidad debería llamarse “¡Oh, vosotros que entráis abandonad toda esperanza!”. Es más peligroso abrir este archivo digital que la Caja de Pandora, nunca sabes qué te puedes encontrar. Y desde luego, a veces es mejor intentar no recordar por qué te bajaste eso. Si no haces trampas y lo borras todo sin mirar lo que hay, la tarea te tendrá ocupado hasta el final del partido como poco, y con un poco de suerte incluso hasta después de Navidad.

Empieza a leer Ulises de James Joyce

Vale no entenderás absolutamente nada, ¿pero hay algo más cool que decir que te has estado leyendo un libro imposible mientras media España berreaba con eso del balompié? 

Encuentra una solución al conflicto catalán y haz un hilo de Twitter

Supongo que habrás oído que el tema en Cataluña está revueltillo y que la situación parece que no va a mejorar en los próximos meses. Muchos han sido los sesudos que han buscado como arreglarlo sin mucho éxito –de hecho casi todos los que han metido mano tienen como mayor mérito dejarlo peor de lo que estaba-. Puedes dedicar la mañana a pensar cómo solucionarlo… aunque lo de publicarlo en Twitter igual déjalo para más tarde, que estarán muy pesados con todo lo del fútbol.

Ríndete y ve el partido

Piensa, si no sabes qué ha pasado en la cena de Navidad te verás obligado a hablar de Cataluña, y si quisieras hablar de eso ya habrías hecho tu hilo de Twitter.

Al final es lo que va a pasar.