Desde el inicio de la popularización del correo electrónico en Internet, todos, sin excepción, hemos ido recibiendo una serie de correos que hemos ido aceptando e, incluso, queriendo con el paso del tiempo. Me refiero a los típicos correos del tipo príncipe nigeriano quiere compartir herencia conmigo a cambio de una módica transferencia.

El caso es que después de años y años de este tipo de acciones, que al final ya uno acaba apreciándolas, hace unos días uno de estos timadores nigerianos ha sido sentenciado a 3 años y 5 meses de cárcel por un juez norteamericano.

En concreto, se le juzgaba por haber estafado, atenta la tropa, 25 millones de dólares a miles de personas. El método que utilizaba no era el del "príncipe nigeriano" sino uno más novedoso, se hacía pasar por ejecutivo de una empresa y contactaba con otros ejecutivos para que hiciesen transferencias a modo de inversión o compra en otras empresas.

Según informa The Guardian, todo estalló el pasado verano de 2016 cuando un ejecutivo en Wall Street hizo una primera transferencia de 25.200$ y al cabo de poco tiempo recibió otro correo pidiendo más dinero. Ahí sospechó de que algo pasaba.

Si es que ya lo decía Borja Pérez: no tienes que enviar el dinero, das tu número de cuenta y ya ellos te ingresan.