Hay algo que ha marcado la gran diferencia tecnológica entre generaciones y no es Snapchat. Tampoco es Whatsapp ni nada relacionado con las redes sociales. Tampoco es la capacidad para hacer funcionar una impresora, eso es algo que ningún humano ha logrado jamás. Lo que realmente separa a la generación nacida en los 80 y 90 de sus padres es su habilidad para saber programar o no el vídeo para grabar esa peli que dan justo hoy que salen a cenar.

En la era de Netflix y de la televisión a la carta pueden parecer lejanos aquellos tiempos en los que había que tirar de VHS o de DVD para grabar un programa de televisión y verlo más tarde. Un auténtico incordio, porque además era algo que se hacía de forma distinta en cada aparato, y los padres pasaban de aprender. 

Así, siempre recaía en los hijos la tarea de buscar una cinta, mirar en el periódico la hora a la que empezaba, y calcular el retraso con el que podía acabar y ale, a programar. Y como tocase irse de fin de semana y hubiera que grabar una serie dos días, había que hacer más cálculos que para mandar una sonda a Marte.

Hoy parecería que todos esos problemas han pasado a mejor vida, con la mayoría de cadenas colgando sus programas en la red después de haberlos emitido. Pero claro, si era difícil que programasen el vídeo...

Sin embargo, que no sepan programar un vídeo o buscar en la red no implica, para nada, que nuestros progenitores no tengan recursos. Para ejemplo, esta madre que ante la necesidad de grabar su telenovela ha recurrido a un mecanismo que emocionaría al mismísimo McGyver:

Sin duda, una señora venida del futuro con lejía y formas de grabar una serie:

Estamos deseando saber cómo hará esta señora para enviar un gif por Whatsapp.